El operativo incluirá cierre de vías desde la medianoche del sábado y controles exhaustivos en el Estadio Monumental
La Policía Nacional del Perú desplegará un contingente de 1 643 efectivos para garantizar la seguridad durante la final de la Copa Libertadores entre Palmeiras y Flamengo, programada para este sábado 29 de noviembre en el Estadio Monumental de Ate. El operativo contempla el cierre total del tránsito vehicular en las inmediaciones del recinto deportivo desde las 00:00 horas del día del partido, junto con revisiones preventivas mediante unidades caninas especializadas en detección de explosivos.
Un operativo de anillos de seguridad
El general PNP Enrique Felipe Monroy, jefe de la Región Policial Lima, explicó en entrevista con RPP que el dispositivo de seguridad funcionará mediante «diferentes anillos» alrededor del estadio. Los servicios policiales se instalarán desde las 18:00 horas del viernes 28, un día antes del encuentro. Una vez cerradas las vías a medianoche, las autoridades aislarán completamente el recinto deportivo para iniciar las inspecciones especializadas.
Las puertas del Monumental abrirán al mediodía del sábado, cuatro horas antes del inicio del partido a las 16:00 horas. Monroy instó a los asistentes a llegar con anticipación y portar su entrada física junto con su DNI. El ingreso de personas en estado de ebriedad quedará terminantemente prohibido.
La coordinación institucional alcanza a la Superintendencia Nacional de Migraciones, que supervisará la situación migratoria de extranjeros que ingresen al país por el evento. Esta medida busca prevenir disturbios como el registrado el martes en el pasaje San Ramón de Miraflores, donde dos presuntos hinchas rivales protagonizaron una gresca rápidamente controlada.
Miraflores refuerza su vigilancia
El distrito de Miraflores activó su propio plan de seguridad con más de 700 policías distribuidos en puntos estratégicos donde podrían concentrarse seguidores de ambos equipos brasileños. La comuna sumó al operativo más de 700 cámaras con inteligencia artificial y un escuadrón de drones para monitoreo aéreo.
El alcalde Carlos Canales coordinó directamente con el general Monroy el incremento del patrullaje disuasivo tras el incidente del martes. Desde entonces, ni serenos ni sistemas de videovigilancia reportaron nuevos episodios de violencia en la zona.



