Organizaciones indígenas de todo el país advirtieron graves deficiencias en la preparación y ejecución de los Censos 2025. Señalaron que los censos que se llevaron a cabo de agosto a octubre de este año fueron adelantados 2 años innecesariamente, sin que existieran las condiciones mínimas para garantizar su eficacia. Entre las debilidades de la etapa previa, mencionaron la escasa participación de las organizaciones indígenas durante la formulación de la pregunta de auto-identficación, la falta de una campaña informativa y publicitaria y del uso de idiomas indígenas en ella.
Durante el censo poblacional observaron que los censistas no eran de la zona ni manejaban el idioma, algunos intentaron direccionar la respuesta o no formularon la pregunta de auto-identificación. Además, personas de varios lugares afirman no haber sido censadas. Denunciaron que, a raíz de estas irregularidades, se corre el riesgo de que los censos no reflejen la realidad. Es decir, que una parte de la población indígena no quede registrada en las estadísticas oficiales, dando lugar a la vulneración de sus derechos y a su exclusión de futuras políticas públicas.
Al respecto, Rosalía Clemente Tacza, presidenta de la Confederación Nacional Agraria (CNA), expresó la preocupación de las comunidades ante la escasa o nula capacitación de los censistas en pertinencia cultural y lenguas originarias. Señaló que en numerosos casos el personal del censo no manejaba los idiomas indígenas, lo que dificultó la recolección de datos precisos y la comprensión adecuada de las preguntas por parte de los censados, especialmente en zonas rurales y territorios alejados. Además, denunció intromisión de congresistas y representantes de gremios empresariales.
Para Rosalía este escenario habría limitado la auto-identificación étnica y ocasionado un subregistro: “Los censistas no han estado a la altura de su responsabilidad, realizando conteos por teléfono en lugar de hacer una visita domiciliaria. A esto se suma la intromisión política de algunos congresistas y grupos empresariales interesados en invisibilizar nuestros pueblos”, manifestó.
Teresita Antazú, representante de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), subrayó la omisión de la pregunta sobre auto-identificación indígena en comunidades amazónicas, señalando que en varios casos los censistas no registraron la pertenencia étnica o presionaron para que se declararan mestizos. Además, dijo que, en diversos territorios la cobertura fue insuficiente, dejando fuera a numerosos hogares y profundizando el desconocimiento oficial sobre la presencia y magnitud demográfica de las comunidades. “Les dijeron que no podían ser indígenas porque usaban equipos tipo smartphone”, acusó.
INEI y un censo fallido que invisibiliza a las poblaciones indígenas del Perú
Wilder Sánchez Chavez, presidente de la Confederación Campesina del Perú (CCP), señaló la deficiente estrategia de comunicación e información del proceso censal. Destacó que la difusión oficial no consideró los idiomas originarios ni tiempos adecuados, generando confusión, desinformación y limitada participación.
“Censar no es solo contar cuántos somos, sino el ser reconocidos, ello no permite exigir ciudadanía y derechos”, remarcó Sánchez durante la conferencia.
Por su parte Aurora Coronado de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas y Asalariadas del Perú (Fenmucarinap) señaló que el problema empezó con el adelanto del censo. Que si bien participaron en alguna reunión preparatoria, sus sugerencias no fueron escuchadas. Además, dijo que, durante el censo, a muchas familias no se les formuló la pregunto 10, reclamando el derecho a existir de los pueblos indígenas en el Perú.
Danitza Quispe de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP), señaló que el adelanto condujo a un censo sin garantías: “Se realizó de una forma desinformada y tomamos conocimiento de las reuniones de preparación por terceros”. Dijo también que ven un retroceso en la participación de los pueblos indígenas en el INEI. Además, indicó que “en las opciones de respuesta de la pregunta 10 sobre auto-identificación se consideraron categorías racistas, como blanco y mestizo, dejando de lado las recomendaciones de la CEPAL”. Finalmente dijo que “el contexto político de recorte de derechos también genera desconfianza en nuestros hermanos”.
Para abordar esta problemática, las organizaciones indígenas CNA, CCP, AIDESEP, FEMUCARINAP, ONAMIAP y el Grupo de Trabajo sobre Pueblos Indígenas de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (GTPII) solicitaron que se publique los resultados y que la información sea verificable. Es decir, que se publique el padrón utilizado en zonas rurales así como la programación censal por zona lo que permitiría saber a quién, en dónde y cuándo se censó. Así mismo, propusieron que el Estado financie autocensos indígenas, similares al implementado por el pueblo Harakbut, para evaluar la omisión censal y la calidad de la información recibida.
Terminaron remarcando que la invisibilización tiene efectos sobre la asignación de presupuesto, infraestructura y servicios públicos, así como, repercute en el reconocimiento de sus territorios ancestrales, profundizando las desigualdades existentes.
La mitad del Perú se identifica como población indígena
Por su parte, César Flores, representante del Grupo de Trabajo sobre Pueblos Indígenas de la CNDDHH, reveló que el 50% de la población peruana se autoidentifica como miembro o descendiente de un pueblo indígena, según una encuesta nacional aplicada por el IEP en 24 departamentos, 158 provincias y 461 distritos del país. Flores señaló que en el sur del Perú la autoidentificación indígena alcanza el 59%, mientras que en Lima Metropolitana, el 45%. Estos resultados podrán ser contrastado con las cifras oficiales del censo.
Flores también resaltó que el 43% de las personas encuestadas afirma haber visto con frecuencia programas televisivos o contenidos en redes sociales que presentan burlas o agresiones hacia personas de origen indígena o afroperuano, y un 35% reconoce haber sufrido o presenciado discriminación de manera reiterada.
Luis Hallazi, especialista del Grupo de Trabajo sobre Pueblos Indígenas, remarcó que la encuesta demuestra una valoración sustancial del aporte indígena a la sociedad: el 44% de los entrevistados considera que los principales aportes de los pueblos indígenas están en su conocimiento y cultura, mientras que el 34% menciona la historia y otro 23% subraya el cuidado del medio ambiente y los valores. Sin embargo, resaltó que los pueblos indígenas, al ser propietarios de un tercio del territorio nacional –33.7%– y al tener el 47% de los bosques amazónicos dentro de sus territorios cumplen un papel central en su gestión y conservación. Sin embargo, estos aportes no son reconocidos y conviven con experiencias de exclusión y racismo.
Javier Jancke de la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS) dijo que invisibilizar a los pueblos indígenas lleva a que no se les proteja frente a los riesgos que supone las economías ilegales que generalmente ocupan sus territorios.
Finalmente, Sofía Luna, estudiante de Antropología de UNMSM señaló que en la universidad existe muchos estereotipos de lo que significa ser indígena. Creen que el indígena no puede tener celular o redes sociales. Muchos jóvenes recién están contando sus historias sobre sus orígenes. Considera que son las primeras generaciones de hijos de migrantes que van a la universidad y se reconocen como parte de los pueblos indígenas u originarios



