El canciller Hugo de Zela confirmó que el Ejecutivo revisa constantemente la medida implementada en Lima y Callao, mientras se baraja incluir toque de queda
El Gobierno analiza modificar el estado de emergencia decretado en Lima y Callao para enfrentar la delincuencia. El ministro de Relaciones Exteriores, Hugo de Zela, confirmó este lunes que el Ejecutivo realizará los cambios necesarios cuando lo considere pertinente. La medida cumplirá una semana este martes 28 de octubre, fecha en que el presidente José Jerí ofrecerá un balance público de sus resultados.
Revisión permanente de la estrategia de seguridad
De Zela explicó que el presidente Jerí ordenó evaluar permanentemente el estado de emergencia desde su implementación. «Se ha tomado una primera decisión con el estado de emergencia y esa decisión está en constante revisión. Se harán en el momento que se requiera los ajustes necesarios», declaró el canciller a la prensa.
El ministro del Interior, Vicente Tiburcio, reveló el domingo que el Gobierno analiza añadir un toque de queda al estado de emergencia vigente. Esta posibilidad surge en medio de cuestionamientos sobre la efectividad de la medida para reducir los índices delictivos. La semana que transcurre desde su anuncio servirá como periodo de evaluación para determinar si las restricciones actuales son suficientes o requieren endurecerse.
Prioridad en restablecer lazos diplomáticos
El canciller De Zela también anunció que su gestión priorizará normalizar las relaciones diplomáticas con Bolivia, Colombia y México. Perú no mantiene embajadores en estos tres países, situación que el Gobierno busca revertir.
Tras la victoria de Rodrigo Paz en las elecciones bolivianas, el Ejecutivo peruano contactó inmediatamente a la nueva administración. «Actuar de inmediato para intensificar el nivel de relaciones y volver a la normalidad en cuanto que los dos países tengan embajadores», señaló De Zela sobre las conversaciones con La Paz.
El restablecimiento de embajadas con estos tres países vecinos representa un giro en la política exterior. La ausencia de representantes de máximo nivel diplomático había generado un vacío en las relaciones bilaterales que el Gobierno de Jerí busca subsanar prioritariamente.



