*¿En qué momento se jodió el Perú?*
Por: Jaime Asián Domínguez
@jaimeasian
La legendaria pregunta vargasllosiana, planteada por Zavalita en “Conversación en La Catedral”, resulta imperativa por estos días en que nuestro país se muestra fregado en todos los ámbitos y la compulsiva tendencia de elegir autoridades ineptas, ‘uñas largas’ y corruptas, parece inexorable.
Cómo no va a recobrar vigencia el dilema del nobel arequipeño si, aquí no más, sin ir muy lejos, en el penal de Barbadillo, tres ‘tristes tigres’ están enjaulados precisamente por joder (*) al pueblo que un día los sentó en Palacio de Gobierno. Y no son pocos los que reclaman en la retahíla a PPK, Vizcarra y Humala.
Y si de joder la pita se trata, la delincuencia y el crimen organizado nos tienen hasta la coronilla, por decir lo menos. Las frases instaladas en el imaginario colectivo son sintomáticas de esta cruda realidad: “En la calle, la vida no vale nada”, “Te matan por un celular”, “Si no tienes nada, también te meten bala”, “Uno sale de su casa, pero no sabe si regresará”, etc. Y, por si fuera poco, el «Tren de Aragua» ha traído plomazos y sangre en las narices de las autoridades migratorias.
Una situación que también joroba a propios y extraños es la anarquía que corre por nuestras calles junto a humeantes unidades de transporte público, colectivos, motos, mototaxis y combis choconas. Un dato no menor es que Perú encabeza la lista de naciones con los peores conductores del mundo, superado únicamente por Tailandia y su pandemonio. O sea, el mismo escenario que rodea a Zavalita en la novela de Vargas Llosa, parado divisando la avenida Tacna.
De manera que, en el estricto orden de hechos, alguien podría alegar que no hay un momento exacto en que se jodió el Perú, porque se sigue jodiendo todos los días, y no le faltaría razón. ¿Acaso un(a) congresista “mochasueldo” no le está robando y jodiendo al país? Claro que sí, tanto como ese policía que pide coimas, el profesor que cobra para aprobar cursos o el alcalde que no hace ni deshace. (*) Joder (RAE): Destrozar, arruinar o echar a perder algo.