En estas fiestas de fin de año, destacamos las verdaderas historias de peruanos emprendedores que no la tuvieron fácil para salir adelante, pero que, pese a las dificultades, supieron superarse con esfuerzo, perseverancia y trabajo honesto.
Nuestro recorrido nos llevó al Mercado de Productores de Santa Anita, considerado uno de los mayores emporios de microempresarios del país. Este importante centro de abastos mueve aproximadamente 3 millones de soles en ventas y abastece a cerca del 70 % de los comerciantes minoristas, incluyendo bodegas y consumidores finales en casi todo el Perú.
Panetones Ospino: tradición, esfuerzo y sabor peruano
“Durante más de 20 años vendimos panetones de otras marcas, hasta que un día nos dijimos: ¿por qué no producir uno con nuestra propia marca?”, cuentan orgullosos los representantes de Panetones Ospino.
Hace tres años decidieron dar el gran paso y hoy su producto tiene una alta demanda, no solo en Lima, sino también en diversas provincias del país, realizando pedidos a todo el Perú. “Nuestro panetón tiene las tres B: bueno, bonito y barato”, afirman.
La marca ofrece distintas presentaciones pensadas para el bolsillo del consumidor peruano, como bolsa cristal, caja tipo casita, chocotón en bolsa y en caja. Además, comercializan chocolate Ospino para taza, ideal para acompañar las celebraciones de fin de año.
“Nuestros padres empezaron como muchos, vendiendo en carretillas por distintas zonas de Lima, como El Agustino. Hoy estamos formalizados en el Mercado de Productores de Santa Anita”, señalan. Actualmente, atienden en el pasaje Huancayo, puesto 16, y en el pasaje Real, puesto 48.
El mensaje que dejan a los jóvenes emprendedores es claro: “Con fe en Dios, constancia y creyendo en tus sueños, todo es posible. El camino al éxito es difícil, pero no hay que rendirse a la primera caída”. En redes sociales pueden encontrarlos en TikTok como: Ospino.
Distribuidora Bellanya: apostando por nuevas oportunidades
La Distribuidora Bellanya lleva cinco años en el rubro de licores y bebidas. Su fundadora, Marilyn, recuerda que antes se dedicaba a la venta de abarrotes, pero la fuerte competencia la llevó a buscar nuevas oportunidades.
“Me di cuenta de que al peruano siempre le gusta su cervecita o su licor, y ahí estaba el negocio. No lo pensé dos veces y me aventuré”, comenta. Aunque reconoce que el camino del emprendimiento tiene altibajos, afirma que el negocio les permite sostener a su familia.
Como muchos emprendedores, también enfrentó dificultades como estafas o dinero falso, pero gracias a la experiencia lograron detectarlo a tiempo. Aún no utilizan redes sociales, pero pronto lo harán con el apoyo de su hija, quien es la administradora de la empresa.
“En este mundo globalizado es necesario estar en redes, aunque siempre con precaución, más aún con la situación de inseguridad que vive el país”, señala.
Entre sus planes para el próximo año está expandirse y abrir un nuevo local en Santa Anita. Sus productos —principalmente ron, pisco y gaseosas— llegan a Lima, la selva, Huancayo y diversas regiones del país, donde son utilizados incluso para la elaboración de cócteles.
La distribuidora se encuentra ubicada en el pasaje 24 de Junio, puesto 50, en el Mercado de Productores de Santa Anita.
