El Perú cuenta con una gran riqueza en aguas termales, especialmente en las regiones andinas. Estos espacios son considerados lugares de sanación y descanso, rodeados de paisajes montañosos que ofrecen una experiencia única de conexión con la naturaleza y la cultura ancestral.
Asimismo, constituyen uno de los dones más valiosos que la naturaleza ofrece al ser humano. Desde la antigüedad, sus propiedades rejuvenecedoras y terapéuticas han sido reconocidas en diversas culturas.
La riqueza termal de Taiwán
Taiwán se encuentra entre los quince destinos más destacados del mundo por la riqueza de sus aguas termales, con una amplia variedad de manantiales que incluyen fuentes calientes, frías, de barro y de origen marino. La isla puede considerarse una de las regiones con mayor concentración y diversidad de manantiales a nivel global.
Estos manantiales, ricos en minerales, son aprovechados no solo para el baño recreativo, sino también para hidroterapia, masajes y tratamientos de salud en modernos centros especializados. Taiwán, por su ubicación geológica, en el cinturón sísmico del Pacífico, ha convertido a la isla en un verdadero “Reino de las aguas termales”.

En Taiwán se han descubierto más de cien manantiales de aguas termales, localizados en diferentes áreas geológicas incluyendo llanuras, montañas, valles y océano. La mayor concentración se encuentra en el norte de la isla, donde está situado el volcán Tatun, y también hay un gran número de aguas termales a ambos lados de la cordillera central cubriendo un área desde el norte, limitando con Yunlin, hasta el sur en Pingtung. Esta zona cubre más del 80% de los manantiales de aguas termales de la isla. Como estas aguas generalmente surgen del fondo de la tierra, cuando salen a la superficie llevan consigo una gran concentración y variedad de minerales, que al ser extraños al cuerpo humano pueden ser beneficiosos para la salud.
Beneficios para la salud
Los beneficios de estas aguas van más allá de la simple relajación. Se dice que ayudan a mejorar la circulación sanguínea, aliviar trastornos digestivos y nerviosos, y revitalizar los órganos del cuerpo.
De la tradición al bienestar moderno
La cultura del baño termal en Taiwán se fortaleció durante la colonia japonesa, cuando se introdujeron tradiciones de hidroterapia y se construyeron los primeros hoteles especializados. Lugares como Beitou, Yangmingshan, Guanziling y el río Sichong se convirtieron en referentes de esta práctica. Aunque la costumbre perdió fuerza después de 1945, a finales del siglo XX resurgió con gran impulso, transformándose en una experiencia moderna que combina tradición con innovación.

Bienestar total en la isla
Hoy en día, los centros de aguas termales no solo ofrecen baños relajantes, sino también servicios de hidroterapia, masajes, saunas y tratamientos de salud. Muchos de ellos están ubicados en paisajes naturales espectaculares, lo que convierte la visita en una experiencia integral: descanso físico, bienestar emocional y contacto directo con la belleza de la isla.
Tanto en Taiwán como en el Perú, las aguas termales representan más que un simple atractivo turístico: son parte de la identidad cultural y un legado de prácticas tradicionales que se han adaptado a la modernidad. Mientras en Taiwán se fusionan con innovaciones tecnológicas y centros de salud, en el Perú se mantienen como espacios históricos y espirituales, donde la tradición incaica y la naturaleza andina siguen vivas.
Ambas experiencias muestran cómo las aguas termales pueden transformar el bienestar físico y emocional, además de fortalecer el vínculo entre cultura y naturaleza.
Fotos: cortesía del Ministerio de Relaciones Exteriores



