Alcaldes del partido en Comas y San Juan de Lurigancho aprovechan eventos del Ejecutivo para promocionarse. El caso se suma a la aparición de George Forsyth en ceremonia militar.
Desde que José Jerí asumió la presidencia, dirigentes de Somos Perú usan actos oficiales del Estado como plataforma de promoción política. El fenómeno alcanza incluso a autoridades ya electas. No se trata solo del episodio de George Forsyth en una ceremonia castrense. Dos alcaldes limeños del partido han convertido visitas ministeriales y presidenciales en oportunidades para posicionarse ante sus electores.
Ministra y alcalde juntos en San Juan de Lurigancho
El 8 de noviembre, la ministra Lesly Shica llegó a San Juan de Lurigancho. Allí, el alcalde Jesús Maldonado se paseó con ella ante los vecinos. Maldonado aprovechó la presencia de Shica para compartir algo de su popularidad actual. «Toneladas de pescado entregadas a los programas sociales del distrito. Es una forma de decir estamos presentes en este trabajo bueno que con miles de madres hacen. Siempre por ustedes», publicaron en redes sociales. La actividad permitió al burgomaestre asociar su gestión con la distribución de recursos del gobierno central.
Jerí en Comas con alcalde sentenciado
Dos días después, el propio presidente Jerí visitó Comas. El distrito lo dirige Ulises Villegas, su correligionario de partido. Jerí llegó para izar la bandera en un centro educativo. El detalle problemático: Villegas tiene una sentencia por presunta corrupción. El alcalde confía en que la apelación declare su inocencia. El gobierno central también espera este resultado. De lo contrario, enfrentaría problemas políticos por aparecer junto a un funcionario condenado.
Patrón de aprovechamiento
Los casos muestran un patrón claro. Figuras de Somos Perú convierten la maquinaria estatal en vitrina partidaria. Los recursos del Poder Ejecutivo sirven para que alcaldes y dirigentes se promocionen ante sus bases.
La pregunta sobre si se trata de coincidencias o favores calculados queda sin respuesta oficial. El episodio de Forsyth en ceremonias militares ya había generado suspicacias. Ahora, las visitas ministeriales y presidenciales a distritos gobernados por el partido confirman una estrategia de aprovechamiento de la tribuna oficial.
