Más de 5 000 postulantes lucharon por un lugar en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) en el examen de admisión 2025-II. Solo 1 500 lograron una vacante. Entre ellos, un joven de Villa María del Triunfo (VMT) marcó la diferencia: Joaquín Mendoza Rondinel, quien se quedó con el primer lugar en Ingeniería Aeroespacial, una de las carreras más prometedoras y mejor pagadas en el mundo.
Joaquín, de 19 años, no conocía la UNI hasta hace dos años. Su historia está marcada por la promesa silenciosa a su abuelo fallecido, quien soñó con ser ingeniero civil, pero nunca pudo hacerlo por falta de recursos. Esa herencia emocional se convirtió en su motor para rendir más de dos años de preparación intensiva, que incluyeron madrugadas de estudio y sacrificio constante.
Lo que hace tan especial este logro no es solo la disciplina personal, sino la carrera que eligió. La Ingeniería Aeroespacial es una de las más recientes en el Perú y se perfila como una de las de mayor proyección económica. En países como México y Brasil, los sueldos superan los S/ 14 600 mensuales, mientras que en Estados Unidos los profesionales llegan a percibir hasta US$ 129 000 al año (unos S/ 37 700 mensuales).
En el Perú, aún no existen cifras oficiales debido a que la especialidad es nueva, pero las estimaciones indican que los primeros egresados podrían situarse por encima de los S/ 5 000 mensuales, un salario que triplica lo que gana en promedio un joven profesional en otras ingenierías. Para familias como la de Joaquín, este salto representa no solo un logro académico, sino también una promesa de movilidad social y estabilidad económica.
El examen 2025-II fue uno de los más exigentes de los últimos años. Se aplicó en tres jornadas: aptitud académica, matemática, física y química. Miles de jóvenes de todo el país se enfrentaron a estas pruebas, pero Joaquín no solo ingresó, sino que logró el primer puesto de una carrera futurista que combina matemáticas, física, mecánica y tecnología satelital.