Gran cantidad de pota aparece en orillas de Pucusana y Punta Negra; pescadores advierten impacto en la pesca artesanal de especies pequeñas.
La aparición masiva de pota y pejerrey en las orillas de los muelles de Pucusana y Punta Negra ha encendido las alarmas entre los pescadores artesanales. Aunque el fenómeno representa una ganancia momentánea, los trabajadores del mar temen que el ingreso de esta especie carroñera a zonas costeras afecte gravemente la pesca de especies pequeñas como el pejerrey y la pintadilla. Especialistas investigan si el cambio climático, las corrientes marinas o la contaminación están detrás de esta alteración ecológica.
Preocupación en los muelles
Desde el lunes 23 de junio, pescadores y vecinos de los muelles de Pucusana y Punta Negra han recogido con las manos potas y pejerreyes que llegaron en grandes cantidades hasta la orilla. Videos difundidos a través del Rotafono de RPP e Infobae muestran a ciudadanos cargando baldes y bolsas, en medio de una jornada de recolección improvisada.
Lejos de tratarse de un evento fortuito, los trabajadores del mar temen consecuencias a corto plazo. Juan José Siles, dirigente del gremio de pescadores de Pucusana, expresó su preocupación ante RPP: “La pota es una especie carroñera. Le llamamos así acá en el muelle porque depreda todo lo que encuentra a su paso, [todo] pescado chico lo depreda”.
La pota como amenaza a la pesca chica
Siles advirtió que la irrupción de la pota, también conocida como calamar gigante del Pacífico (Dosidicus gigas), puede alterar el equilibrio ecológico de la zona costera. Al ingresar a la bahía, esta especie sigue a sus presas —como el pejerrey— hasta la orilla, donde también termina atrapada. “Pesca chicos, lo depreda. Qué es lo que hace el pescado chico, atina a meterse a la orilla. Igual la pota se mete a la orilla a comer el todo”, explicó.
Aunque los pescadores celebraron el ingreso de la pota como una ganancia inmediata, Siles fue claro: “Ahorita todo es felicidad, todo es dinero que se gana uno [en] el día a día, como todo pescador [que] trabaja, pero ya no va a haber ese pescado chico en las orillas. Es ahí donde uno va a analizar, va a decir: ‘mira, tanto trabajar en la pota, ganando dinero y ahora [afectó] todo lo que es especie chica, toda la especie de orilla, de peña’”.
Origen del fenómeno bajo investigación
El Instituto del Mar del Perú (IMARPE) inició una investigación para determinar las causas de este fenómeno. Aunque no hay un pronunciamiento definitivo, se barajan varias hipótesis. La más señalada es la variación en la temperatura del mar, vinculada a fenómenos como El Niño o al calentamiento superficial de las aguas. Esto podría obligar a especies de aguas profundas, como la pota, a migrar hacia la costa en busca de mejores condiciones.
También se analiza la alteración de las corrientes marinas, como la debilitación de la corriente de Humboldt o zonas de bajo oxígeno, lo que obligaría a los animales a emerger. La contaminación y el estrés ambiental también podrían haber desorientado a las especies. A esto se suma el factor alimenticio: donde hay peces pequeños o crustáceos, llega también el depredador.
Fenómeno repetido en otras zonas del país
La llegada de potas, pejerreyes y anchovetas a la orilla no es exclusiva de Pucusana ni Punta Negra. En las últimas semanas se han reportado varazones similares en playas del distrito de Ancón, Villa El Salvador, Marcona y, recientemente, en Matarani (Arequipa). En todos los casos, los protagonistas son las mismas especies y el patrón de aparición es similar, lo que refuerza la preocupación de los pescadores.
En respuesta, los gremios de pesca del sur de Lima sostienen reuniones de urgencia para analizar la situación y tomar medidas que prevengan una posible escasez de especies pequeñas, base de la economía de la pesca artesanal. La incertidumbre crece. El mar está cambiando, y con él, la vida de quienes dependen de él.