La multinacional suiza retiró varios lotes de papillas infantiles tras detectar niveles excesivos de ocratoxina A, una sustancia potencialmente nociva si se consume de forma prolongada.
Nestlé enfrenta un nuevo escándalo de seguridad alimentaria tras ordenar la retirada masiva de varios lotes de alimentos para bebés en Francia. Los productos afectados, pertenecientes a las marcas P’tite Recette, Naturnes y P’tit Souper, presentaban niveles elevados de ocratoxina A, una toxina producida por hongos que puede resultar perjudicial si se consume de manera continuada.
Alerta por contaminación en productos infantiles
El sistema de alerta Rappel Conso, encargado de informar sobre productos retirados del mercado, advirtió a los consumidores sobre la presencia de esta sustancia nociva. Las autoridades recomendaron desechar inmediatamente los productos afectados y solicitar el reembolso correspondiente.
«Se trata de una anomalía excepcional vinculada a un lote específico de materia prima utilizado en pequeñas cantidades. Solo el consumo prolongado durante toda la vida podría tener consecuencias», explicó Nestlé en un comunicado. Sin embargo, la empresa no especificó cómo este lote contaminado pudo superar sus controles de calidad.
Historial reciente de problemas sanitarios
Este incidente se suma a otros problemas recientes de la multinacional. Hace pocas semanas, Nestlé fue obligada a retirar la etiqueta de «agua mineral natural» de su marca Perrier, después de que inspectores sanitarios detectaran bacterias intestinales peligrosas en su planta de Vergèze.
La Agencia Regional de Salud de Occitania descubrió una contaminación generalizada que obligó al cierre temporal de la línea de producción. Las autoridades incautaron aproximadamente 300.000 botellas y ordenaron el retiro de cientos de miles más que superaban los niveles permitidos de microorganismos.
Estos sucesos ponen en entredicho los protocolos de seguridad alimentaria de una de las mayores empresas del sector, especialmente preocupante cuando se trata de productos destinados a la población más vulnerable: los bebés. Las autoridades sanitarias francesas mantienen una estrecha vigilancia sobre los productos de Nestlé, mientras los consumidores exigen mayores garantías y transparencia.