Un Derbi que tuvo un final inesperado y con una paralización de por medio, el Atlético de Madrid logró sobre los descuentos un empate de un gol por lado ante el Real Madrid, resultado que en nada los favorece a ambos, ya que no pudieron acortarle mucho la diferencia al líder F.C. Barcelona, que les lleva 3 y 5 puntos respectivamente. Fue por la octava fecha de la Liga de España.
A los 94’ una carrera de Ángel Correa, un rebote y un remate a trompicones del delantero argentino, niveló un derbi especulativo durante más de una hora y caótico después, con el 0-1 de Eder Militao a los 64’, la suspensión temporal del duelo a los 69’ durante 22 minutos -por el lanzamiento constante de objetos desde el ‘Frente Atlético’- y el empate final, agónico, rojiblanco.
Dos derbis radicalmente opuestos. El primero, hasta el 0-1 del conjunto blanco. El segundo, después, cuando se reanudó el partido. Entre medias, un hecho inadmisible en el fútbol y en cualquier deporte. Tras el gol del equipo del Real Madrid, cayó un mechero en el área del arquero Courtois. Y después más. El portero de la visita, con pasado en el Atlético, le entregó uno al colegiado, el mallorquín Busquets Ferrer, que se dirigió al delegado de campo para advertirlo.
La megafonía lanzó la primera advertencia. Otro objeto. Después, la segunda. Otro más. Una bolsa cayó al lado del guardameta belga. Los dos equipos al vestuario. De nada sirvió ni siquiera la petición de Koke Resurrección -el capitán-, Diego Simeone -el entrenador- o José María Giménez a los ultras del Atlético para frenar tal actitud. El encuentro de paró.
Aguardó el equipo rojiblanco unos instantes más sobre el terreno de juego, cuando el Real Madrid ya había enfilado el camino al vestuario. Suspendido inicialmente durante 10 minutos el encuentro, se alargó más, con ambos equipos en los interiores del estadio. Después, se reanudó, y tuvo el 2-0 el Real Madrid, pero luego empató el Atlético con un gol que tuvo el suspenso además del VAR, si era o no fuera de juego, que no lo fue por milímetros.
