Por: Liz Cruzate, abogada experta en los derechos de la mujer
En la actualidad, las empresarias peruanas juegan un rol crucial en el empoderamiento de otras mujeres, actuando como faros de ejemplo e inspiración. Demostrando en todo momento que es posible tomar el control de sus propias vidas, subrayando la importancia de autogenerar recursos y oportunidades de desarrollo.
No obstante, un espíritu emprendedor y la pasión por lo que hacemos no son suficientes por sí solos. Cotidianamente, muchas equilibramos nuestras actividades diarias como madres y empresarias, una dualidad que demanda no solo organización y pasión, sino también una formación integral. Es indispensable buscar y utilizar herramientas adecuadas para fomentar una capacitación continua en tres ejes esenciales: organización, producción y comercialización. El acceso a asesoría constante, talleres de producción y apoyo en marketing y comercialización es crucial para la sostenibilidad de cualquier proyecto o emprendimiento a lo largo del tiempo.
Mi camino emprendedor ha sido un viaje emocionante, marcado por desafíos y logros. Como miembro de una familia con una larga tradición de elaborar pisco, sentí una fuerte llamada a innovar y transformar esta herencia. Mi objetivo era presentar este licor excepcional bajo una luz nueva y fresca, alejándome de la tradición y acercándome a una visión más joven y disruptiva. Y, al mismo tiempo, quería crear una representación que celebre y dignifique la figura femenina en todo su esplendor.
Para llevar a cabo este ambicioso emprendimiento, uní fuerzas con dos de mis mejores amigas, cuyas habilidades complementarias se convertirían en la clave del éxito. Juntas, nos lanzamos de lleno al desafío, abordando aspectos clave como el diseño innovador de la botella, estrategias de marketing efectivas y sólida gestión empresarial. Nuestro trabajo meticuloso y obstinado en el branding dio sus frutos tras meses de esfuerzo y dedicación, cristalizando en un producto de alta calidad, listo para conquistar tanto el mercado nacional como internacional.
Esta experiencia ha sido un punto de inflexión que reafirma mi convicción de que la sinergia, la capacitación y el empoderamiento mutuo entre mujeres son los cimientos sobre los cuales se construyen emprendimientos exitosos. La colaboración y el apoyo entre nosotras, las mujeres emprendedoras, es crucial para superar obstáculos y alcanzar metas. Al mismo tiempo, al capacitar y empoderar a otras mujeres, creamos un efecto dominó que se expande más allá de nuestros emprendimientos individuales.
Pero esto solo es el comienzo. Ahora que hemos establecido los cimientos de nuestra empresa, el verdadero desafío ha comenzado. Debemos seguir innovando y adaptándonos a los cambios del mercado y del entorno para consolidar nuestra posición en el mercado global. Nuestra meta es encontrar nuevas formas de mantenernos por delante de la curva y conquistar nuevos mercados.