Por Javier Soto
En declaraciones a Diario UNO, el internacionalista Farid Kahhat estimó que la responsabilidad de la presidenta, Dina Boluarte, por el medio centenar de muertos de la protesta social es la principal razón por la cual la presidenta, Dina Boluarte, se aferra al poder, ya que -anotó- ello “implica que en caso de que deje el gobierno, podría terminar siendo enjuiciada y condenada a prisión”. Kahhat dijo también que, si bien es legítimo proponer una Asamblea Constituyente, consideró que “bajo las circunstancias actuales, no sería una vía que ayude a la salida de la crisis”.
La presidenta Boluarte ha vuelto a descartar su renuncia al cargo como única solución para resolver el entrampamiento y la parálisis a la que está sometido el Perú. ¿Acaso ya su mantenimiento en el poder es un lastre para el país?
Lo veo de esta manera. Ella quiere que se realicen elecciones generales, este año. Está claro que esa decisión no va a salir del Congreso, pues acabamos de ver tres votaciones consecutivas en las que no se logra aprobar el adelanto electoral. La vía más corta para lograr el propósito que ella misma quiere, es que renuncie. Si de veras ése fuera su objetivo, claramente ésa sería la salida.
¿La vacancia presidencial podría ser una solución al destrabe de la situación política y al acceso de un verdadero gobierno de transición que nos conduzca a un nuevo proceso electoral general?
Yo no creo que la mayoría de este Congreso la vaya a buscar. La vacancia tiene causales específicas establecidas en la Constitución; pero, en la práctica, desde el intento de destitución de Pedro Pablo Kuczynski, el Congreso ha determinado que, para efectos prácticos, la vacancia sólo tiene un requisito: los ochenta y siete votos. Y, bueno, no existen 87 votos para vacar a Dina Boluarte. Entonces, no creo que sea una opción, ahora.
A qué cree usted que se deba su desesperación por aferrarse al poder, pese al rechazo mayoritario del país y a los más de medio centenar de muertos que, hasta la fecha, registra su política represiva de la protesta social?
Bueno, el medio centenar de muertos debe ser uno de los factores, no? Ella tenía investigaciones fiscales en curso, antes de ser presidenta. Una, francamente banal, por el tema del club Apurímac. Y otra, por presunto lavado de activos, vinculado al tema del financiamiento de la campaña de Perú Libre. Y, muy probablemente, lo que ha ocurrido, desde que ella es presidenta, son las muertes de peruanos en circunstancias que en más de un caso no ameritaba el uso de armas de fuego, habiendo sido ella la que convalidó ese tipo de prácticas, porque pudo haber pedido que se investiguen. Ello implica que en caso de que deje el gobierno, podría terminar siendo enjuiciada y condenada a prisión. Creo que ésa debe ser una consideración.
¿Por qué la movilización social de los pueblos de las regiones del Sur, pese a su magnitud, no ha logrado vencer la resistencia del gobierno ultraconservador de la dupla Boluarte-Otárola?
Allí diría que hay más de un factor. El primero, y más obvio, es que en el Perú hay un autoritarismo derecha. Y, desde la derecha, puede contar con el apoyo de los poderes fácticos: Prensa, gremios empresariales, Fuerzas Armadas, fuerzas policiales e, incluso, Iglesias; de una manera en que no hubiera ocurrido, en el caso de un autoritarismo desde la izquierda. El ejemplo práctico es el intento de golpe de Estado de Pedro Castillo, que no tuvo apoyo en ninguno de esos sectores. Entonces, éso le da más resiliencia al gobierno. En segundo lugar, las protestas tienen problemas en sí mismas, como muchas manifestaciones que han habido en la región, como en Chile. No hay una única organización detrás, no hay una única plataforma, no hay líderes visibles. Y eso probablemente haga que, a la larga, sean más difíciles de sostener. Y, finalmente, creo que por la violencia en las protestas. Si aquí se inicia desde los manifestantes o desde las fuerzas del orden, es un factor que puede desmovilizar a un sector de la población.
Ante este statu quo que favorece el inmovilismo, por parte del Parlamento y del Ejecutivo Boluarte-Otárola, ¿no sería descabellado considerar que ambos puedan resistir en el poder, hasta el 2026?
Me parece improbable. Pero no lo descartaría del todo, en parte porque la oposición está fragmentada, ya que, aunque la mayoría del país quiere que se vaya, no hay un liderazgo unificado de oposición que intente movilizar a esa mayoría. Por otro lado, Boluarte tiene de su lado a los poderes fácticos y a la mayoría del Congreso. Entonces, tiendo a pensar que, si va a haber un adelanto electoral que probablemente no sea ya en el 2023, sino en el próximo año.
¿Es factible que el verdadero poder de este régimen sea el primer ministro, Luis Alberto Otárola, y que la presidenta no sea más que una especie de marioneta de él y de los sectores de derecha y ultraderecha, así como de los grupos de poder?
Hay un elemento de especulación ahí. Empezaría por decir que no lo sé con certeza. Pero lo que me queda claro es lo siguiente: ¿qué apoyo tiene ella, además del apoyo de los poderes fácticos y de la mayoría del Congreso? No tiene apoyo popular, las encuestas lo demuestran. No tiene un partido político, no tiene una bancada en el Congreso. Entonces, sí me parece que es obvio que depende mucho de los aliados. En qué medida sea rehén de ellos, supongo que estarás discutirse. Pero no tiene muchas bases para tener un juego propio, y me parece obvio, menos, después de las muertes que ha producido la represión de su gobierno.
Entonces, entonces, a tenor de lo que usted señala, todo parecería indicar entonces que la presidenta o está secuestrada por todos estos por Otárola y por estos sectores, no?
Yo no usaría el término secuestrada por que eso no me consta. Pero que está en una posición de suma debilidad, y que depende del apoyo de los sectores, me queda claro. La otra cosa es que para decir que está secuestrada habría que admitir que éso ocurre en contra de su voluntad. Y éso, a estas alturas, no me queda claro. Y ella no parece estar descontenta con el status quo.
De otro lado, ¿la narrativa o el fetiche de la izquierda peruana sobre la Asamblea Constituyente, podría hacerse realidad en el Perú, a corto plazo?
Yo tiendo a creer que no. Para empezar, creo que la prioridad es salir de esta coyuntura crítica, sin condicionarla a que se convoque un referéndum. En segundo lugar, el problema es que el referéndum no es constitucional bajo los términos de la Constitución actual. Habría que reformarla para que sea posible cambiarla a través de una Asamblea Constituyente. Y, en tercer lugar, en la Asamblea Constituyente, cada quién ve en ella lo que quiere ver. La izquierda de Nuevo Perú cree que podría salir de ahí una Constitución más progresista en los temas sociales y de género. Pero cuando uno muestra las encuestas de opinión, la mayoría de los peruanos no quiere ir en esa dirección. Más bien, quieren prohibir el matrimonio igualitario y aprobar cosas, como la pena de muerte.
Pero los momentos constituyentes han tenido éxito en Sudamérica, más precisamente en Bolivia, Colombia y Chile…
Los antecedentes de la izquierda regional no necesariamente juegan en favor de una propuesta de Asamblea Constituyente. (El expresidente de Bolivia) Evo Morales violó su propia Constitución, postulando para un cuarto periodo, como lo ha hecho también el chavismo. Pero yo no estoy en contra. Creo que es legítimo proponer una Asamblea Constituyente, pero, bajo las circunstancias actuales, no sería una vía que ayude a la salida de la crisis.
Pero dado el elevado porcentaje de peruanos que se han pronunciado por una consulta para discutir la instalación de una Asamblea Constituyente, ¿no cree que este debate pueda darse en los próximos años?
Cuando veo encuestas, diría que hay que desmenuzarlas. Si uno le pregunta a la gente si cree que el tema de la Asamblea Constituyente es prioritario, el porcentaje baja significativamente. Sí pienso que se requieren reformas a la actual Constitución. Si la vía para cambiar la (actual) Constitución sea la Asamblea Constituyente, no lo tengo claro.
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