Delincuentes enviaron un video con explosivos y balas amenazando con atacar durante las presentaciones de la orquesta chiclayana
La orquesta Las Estrellas de la Cumbia enfrenta por cuarta vez el acoso de bandas extorsionadoras. Criminales que dicen pertenecer a La Nueva Generación enviaron un video donde exhiben cartuchos de dinamita y balas junto a un cartel con el nombre del grupo. Exigen S/20,000 y amenazan con hacer estallar su bus o irrumpir a balazos en sus conciertos si no pagan.
Amenazas directas y clima de terror
El mensaje llegó por WhatsApp y no deja lugar a dudas sobre las intenciones de los extorsionadores. «Tenemos dinamita de sobra para hacer volar su bus», advierten los delincuentes. También aseguran que pueden atacar durante las presentaciones: amenazan con entrar «a balazos en el escenario» si la agrupación no cede al cobro del cupo.
Los criminales buscan romper cualquier sensación de protección. Les dicen a los músicos que están «en tierra de nadie» y que los policías «no los van a cuidar las 24 horas». El tono del mensaje es intimidatorio y directo, diseñado para quebrar la resistencia de las víctimas.
Información privilegiada sobre la orquesta
Lo más preocupante es que los extorsionadores afirman conocer detalles internos del grupo. «Sabemos dónde tienen sus conciertos», escriben en el mensaje. Esta información sugiere que podrían contar con infiltrados o que vigilan de cerca la agenda pública de la orquesta.
El ultimátum es tajante: exigen que alguien del grupo los contacte «para solucionar» y cierran con una advertencia: «No aceptamos un no como respuesta». La firma del mensaje corresponde a La Nueva Generación, aunque la Policía investiga si realmente se trata de esa organización.
Historial de ataques y respuesta policial
La PNP confirmó que esta es la cuarta amenaza contra Las Estrellas de la Cumbia. En episodios anteriores se detuvo a dos presuntos extorsionadores, uno de ellos cumple prisión preventiva. Sin embargo, los cobros de cupos no se detienen.
El último sábado la orquesta se presentó en Pucusana con seguridad privada reforzada. Las autoridades trabajan para identificar a los responsables de esta nueva amenaza, mientras los músicos se convierten en blanco recurrente del crimen organizado.



