El canciller Hugo de Zela anunció que el gobierno consultará a países de la OEA sobre la vigencia del tratado de asilo de 1954, mientras la expremier permanece en la embajada de México
El gobierno peruano decidió postergar su respuesta sobre el salvoconducto que permitiría a Betssy Chávez abandonar el país. La expremier se encuentra asilada en la embajada de México en Lima desde hace semanas, tras recibir asilo diplomático del gobierno mexicano. Esta decisión busca ganar tiempo para consultar con otros países de la región si la Convención de Caracas de 1954 «se adecua a la realidad de hoy».
El canciller Hugo de Zela confirmó en entrevista con CNN que ya inició las consultas respectivas. Adelantó que a comienzos de diciembre viajará a Washington para presentar formalmente la propuesta peruana ante la Organización de Estados Americanos (OEA). El ministro espera «una buena receptividad» sobre el planteamiento de modificar el tratado internacional que regula el asilo diplomático.
Cuestionamientos a la aplicación del asilo
La Cancillería peruana considera que el derecho de asilo se ha desvirtuado en los últimos años. Según su análisis, desde la adopción de la Convención de Caracas se produjo «una evolución negativa» en la práctica internacional. El Ministerio de Relaciones Exteriores sostiene que varios casos recientes muestran un «uso indebido» de esta norma al calificar delitos comunes como persecución política.
El gobierno argumenta que esta práctica desnaturaliza la esencia de la Convención. El tratado fue concebido para proteger a personas que sufren persecución política en Estados miembros del Sistema Interamericano. La Cancillería rechaza que se otorgue asilo a quienes enfrentan procesos judiciales por delitos comunes en Estados democráticos.
Análisis jurídico en curso
El pedido de salvoconducto llegó formalmente a Torre Tagle hace semanas. De Zela explicó que el área jurídica de la Cancillería analiza en profundidad la aplicación del tratado al caso específico de Chávez. El ministro reiteró que Perú actuará conforme al derecho internacional, pero enfatizó la necesidad de revisar si la normativa responde a la realidad actual.
Esta situación mantiene en vilo las relaciones entre Perú y México. El asilo a Chávez ya provocó la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países. Ahora, la estrategia peruana de cuestionar la Convención de Caracas plantea un debate regional sobre los límites del asilo diplomático.



