Tras montar un show mediático con plantones y promesas incumplidas, la magistrada suprema da marcha atrás y reconoce que no tiene respaldo institucional para volver
Delia Espinoza Valenzuela capitula. La fiscal suprema que prometió «tomar posesión del cargo» y montó plantones con sus simpatizantes ahora desiste de presentarse en el Ministerio Público. La excusa es el «respeto a la institución», pero la realidad es otra: el sector caviar que la respaldaba perdió esta batalla y la magistrada acepta su derrota política tras un estrepitoso fracaso mediático.
Del show mediático a la retirada
Hace apenas días, Espinoza Valenzuela encendía a sus seguidores con promesas de retomar el cargo «mañana mismo». Organizó plantones, generó expectativa mediática y exigió públicamente a Tomás Gálvez que «suspendiera las gestiones» y le entregara el puesto. Todo era parte de una estrategia para presionar a las instituciones y generar un clima de respaldo popular.
La realidad le pasó factura. El Poder Judicial emitió una resolución el 10 de noviembre ordenando su reposición en dos días. El plazo venció este jueves y nada ocurrió. La Junta Nacional de Justicia no ejecutó el fallo y Gálvez permanece en funciones. Espinoza, que tanto ruido mediático generó, termina dando marcha atrás sin siquiera intentar ocupar su oficina.
La JNJ le cierra el paso
El golpe definitivo llegó con la citación de la JNJ para el próximo lunes 17 de noviembre. El organismo investigará si Espinoza impidió el retorno de Patricia Benavides al cargo. Esta convocatoria evidencia que la fiscal suprema no cuenta con el respaldo institucional que pregonaba. Sus aliados caviar la dejaron sola cuando más los necesitaba.
Fuentes cercanas a Espinoza justifican su desistimiento con el argumento del «respeto a la institución y los fiscales». La realidad es más cruda: la magistrada comprende que perdió respaldo político y que forzar su ingreso al Ministerio Público sería un papelón mayor. Prefiere retirarse discretamente antes que enfrentar el rechazo institucional directo.
El caviarismo pierde otra batalla
Esta derrota expone las limitaciones del sector caviar en el sistema de justicia. Apostaron todo a Espinoza, la respaldaron mediáticamente y presionaron a través de organizaciones afines. Fracasaron. Tomás Gálvez permanece en el cargo y la JNJ no cede ante presiones políticas.
El Ministerio Público continúa funcionando sin Espinoza. Los fiscales siguen trabajando y la institución no colapsó como auguraban los alarmistas. La magistrada suprema, que prometió retornar triunfalmente, termina fuera del edificio institucional mientras enfrenta investigaciones. El ruido mediático se desvanece y queda solo la evidencia del fracaso político de quienes la respaldaban.
