El funcionario presentó su carta de dimisión al ministro Luis Quiroz para facilitar que el nuevo gobierno conforme su propio equipo directivo. Su salida se suma a una serie de relevos en el Minsa que preocupan a especialistas por el riesgo que representan para la ejecución presupuestal y las obras hospitalarias.
Ricardo Peña, viceministro de Salud Pública, renunció de forma irrevocable al Ministerio de Salud tras más de dos años en funciones. En una carta dirigida al ministro Luis Quiroz, el funcionario aclaró que su decisión no obedece a conflictos internos sino a la necesidad de que la nueva gestión del gobierno de José Jerí nombre a su propio equipo de confianza. La renuncia se produce en medio de múltiples cambios en la alta dirección del sector salud.
Una salida «sin discrepancias»
En el documento de renuncia, Peña justificó su retiro con un argumento político. «Entendiendo que estamos frente a un nuevo gobierno», escribió, consideró necesario dejar el cargo para facilitar la reorganización del viceministerio de Salud Pública. El funcionario agradeció la confianza del anterior ministro. También subrayó que cumplió sus funciones con «responsabilidad, transparencia y patriotismo».
La carta busca presentar la salida como un gesto de colaboración institucional. Sin embargo, ocurre en un contexto de reacomodos que han levantado alertas en el sector.
Rotaciones masivas en el Minsa
Fuentes del Ministerio de Salud confirmaron que la renuncia de Peña forma parte de una serie de relevos impulsados por el Ejecutivo. El Minsa se ha convertido en uno de los sectores con mayor cantidad de movimientos internos desde que asumió el gobierno de José Jerí. Las rotaciones afectan principalmente los niveles de alta dirección.
Entre los cargos modificados figuran la Secretaría General, la Dirección General de Recursos Humanos y la Dirección de Planeamiento y Presupuesto. Estas áreas resultan clave para el cierre fiscal y la gestión de proyectos en salud pública. Los cambios concentrados en estas posiciones estratégicas generan incertidumbre sobre la capacidad del ministerio para mantener operaciones críticas.
Advertencias sobre continuidad operativa
Especialistas han expresado preocupación por el impacto de estos relevos. Advierten que los cambios constantes en la alta dirección podrían poner en riesgo la ejecución presupuestal del sector. También temen por la continuidad de obras hospitalarias en curso.
La salida de funcionarios con conocimiento técnico y experiencia en gestión podría afectar procesos que requieren seguimiento sostenido. El cierre del año fiscal demanda coordinación precisa en las áreas de planeamiento y presupuesto.
La rotación de personal en estos momentos críticos plantea interrogantes sobre la capacidad del Minsa para cumplir sus metas anuales y mantener los proyectos de infraestructura sanitaria sin demoras adicionales.



