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Pesadilla en KFC: Vidrio en su bebida y la indiferencia de una transnacional

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Fanny Torres relata la negligencia del local y la falta de comunicación de la empresa tras su grave experiencia, que derivó en su hospitalización y serios daños emocionales.

El 9 de octubre, Fanny Torres Yaicurima sufrió una peligrosa negligencia en el local de KFC del centro comercial Mega Plaza. Tras encontrar y consumir fragmentos de vidrio en el hielo de su gaseosa, la mujer enfrentó una severa crisis de salud que incluyó hospitalización en UCI y secuelas emocionales que persisten. A pesar de las evidencias y el reclamo formal, la cadena de comida rápida no se ha comunicado con ella para asumir responsabilidades o brindar una explicación.

El descubrimiento del vidrio

Fanny compró un combo y se sentó en el patio de comida. Al consumir su gaseosa, notó una textura extraña en el hielo. «Sentía como que si hubiera un poco de arenilla al masticarlo», relata. Al finalizar su bebida, descubrió fragmentos cortantes en el fondo del vaso que no se derretían. Inmediatamente, se dirigió al local para reportar el hecho. Los empleados primero intentaron minimizar el asunto, afirmando que era hielo o plástico. Fanny no permitió que le quitaran la evidencia y, tras insistir mucho y con el apoyo de otros clientes, logró que le entregaran el libro de reclamaciones. Una trabajadora del local corroboró que los trozos eran, efectivamente, vidrio.

Negligencia en la atención médica

A pesar de la gravedad, el personal de KFC dilató la ayuda. «Querían que cierre la tienda para llevarme a la clínica», explica Fanny. Su esposo tuvo que intervenir y alzar la voz para que, finalmente, la llevaran a la Clínica Jesús del Norte. Allí, fue ingresada a UCI por tres días. Durante su hospitalización, evacuó con sangre y, a pesar de informar al médico, este hizo caso omiso. Fanny y las enfermeras recolectaron ellos mismos fragmentos de vidrio de sus heces, los cuales conserva como prueba. Aunque los exámenes médicos posteriores no hallaron laceraciones activas, un médico reconoció que los vidrios habían causado las lesiones que explicaban el sangrado.

Secuelas y abandono corporativo

El incidente ha dejado a Fanny con graves secuelas emocionales. «He dejado de laborar, no puedo comer, no puedo dormir», confiesa. Sufre de ansiedad, ataques de pánico y tiene fobia a beber líquidos o ver vidrio. Aunque recibe tratamiento psiquiátrico, su calidad de vida se ha visto profundamente afectada. Lo más indignante para ella es el total abandono por parte de KFC. La empresa no se ha contactado para verificar su estado de salud, disculparse o resolver su responsabilidad en este caso. Fanny busca hacer pública su historia para prevenir que otras personas, especialmente niños, pasen por una situación similar.