Con 63 votos en contra, el Pleno impidió que se discuta la censura de los integrantes de la Mesa Directiva. La bancada proponente advertía que su permanencia representa un riesgo para la estabilidad democrática del país a seis meses de las elecciones generales.
El Pleno del Congreso rechazó este jueves admitir a debate la moción de censura contra la Mesa Directiva que preside José Jerí, quien además asume la encargatura de la Presidencia de la República. La votación arrojó 20 votos a favor, 63 en contra y cuatro abstenciones. La iniciativa, identificada como Moción de Orden del Día 19895/2025, planteaba remover a los integrantes de la directiva porque su permanencia constituiría un grave riesgo a la estabilidad democrática del país.
Una advertencia sobre legitimidad y confianza ciudadana
La congresista Pasión Dávila Atanasio, de Bancada Socialista, sustentó la moción en el hemiciclo. Dávila afirmó que la propuesta no responde a un cálculo político partidario, sino a la necesidad de establecer la legitimidad institucional y la confianza ciudadana ante las autoridades de la Nación. «No podemos normalizar la muerte de peruanos y peruanas que ejercen su derecho constitucional a la protesta», resaltó la parlamentaria durante su intervención.
La moción señala que la actual Mesa Directiva carece de respaldo popular. A solo seis meses de las Elecciones Generales 2026, los proponentes consideran urgente elegir una nueva administración producto de un amplio consenso parlamentario. El documento fue suscrito por los congresistas Pasión Dávila Atanacio, Jaime Quito Sarmiento, Alfredo Pariona Sinche y Flores Ramírez, todos de Bancada Socialista, además de otros legisladores.
El rechazo mayoritario y sus implicancias
La iniciativa cumplía con lo dispuesto en el párrafo d) del artículo 68 del Reglamento del Congreso de la República. Sin embargo, la amplia mayoría parlamentaria cerró la puerta a cualquier debate sobre el tema. Los 63 votos en contra impidieron que la propuesta avanzara en el procedimiento legislativo.
El resultado evidencia que la Mesa Directiva actual mantiene el respaldo de la mayoría congresal, pese a las críticas sobre su legitimidad. La censura habría requerido un proceso de discusión y votación posterior, pero el rechazo a admitir el debate dejó sin efecto cualquier posibilidad de cambio en la conducción del Parlamento antes de las próximas elecciones generales.