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No priorizamos los programas para fortalecer la primera infancia

Según el INEI, en el Perú hay más de tres millones y medio de niños y niñas menores de cinco años actualmente, quienes, en su gran mayoría, no reciben una atención adecuada en salud, educación e infraestructuras necesarias para su cuidado y desarrollo.

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Santiago Luna Márquez / Colaborador

Muchos especialistas y estudios han demostrado que invertir en el progreso de las personas en sus primeros años de vida, definirá como alcanzará sus potenciales dentro de nuestra sociedad y su entorno familiar, evitando que, con el tiempo, sea proclive a enfermedades, falta de interés en la educación y siendo presas fáciles de la delincuencia en todas sus modalidades.

FALTA DE ATENCIÓN

Resulta terrible observar que, en la capital del país, encontremos altos porcentajes de niños y niñas con anemia, con centros educativos de nivel inicial precarios, mínima logística para una educación adecuada y sin cuidadores capacitados. Si esto ocurre a ojos de las autoridades y de las instituciones encargadas de velar por su bienestar, la situación es peor en el interior del país, sumado a la corrupción que existe en nuestro sistema, poco a nada se ha podido lograr para su avance y desarrollo dentro de los primeros años de su vida.

A esto se suma, que el ambiente familiar ha decaído por la inseguridad que atraviesa nuestro país, a diario leemos y vemos en los noticieros muertes, asesinatos, extorsión, entre otros delitos, que no permiten a los padres dedicarle tiempo y estímulo a sus hijos e hijas.

CÓMO PRIORIZAR LA PRIMERA INFANCIA

Pero qué hacer para priorizar los programas para la primera infancia en nuestro país: la agenda pública debe ser la indicada para iniciar el cambio, ubicando primero en todas sus normativas de manera urgente, la promoción y difusión de sus derechos, cuidado y fortalecimiento de los programas destinados a ellos y ellas.

Asimismo, mejorar el presupuesto a los programas ya establecidos, como CUNA MÁS, Anemia Cero, entre otros, brindando mayor accesibilidad a los servicios, especialmente en las zonas más alejadas del país, geográficamente difíciles de llegar, priorizando a las personas más vulnerables.

Otro aspecto importante, es la capacitación constante a quienes están dirigiendo los programas y servicios a la primera infancia, colocando personal idóneo y eficiente, acompañados de buenas infraestructuras para su normal desarrollo y fortalecimiento de las habilidades de las niñas y niños, respaldándonos en instituciones como Somos Crianza, una coalición de redes que busca hacer de la primera infancia una prioridad en América latina.

MESAS DE TRABAJO

Es indispensable el reforzamiento de las mesas de trabajo intersectoriales e interinstitucionales involucradas en la primera infancia: educación, MEF, salud, desarrollo e inclusión social, gobiernos regionales, distritales y los diferentes estamentos del gobierno, involucrando de manera directa a las instituciones no gubernamentales, empresa privada y sociedad civil.

Finalmente, para lograr las mejoras y el potenciamiento de las habilidades en la primera infancia, así como una salud adecuada para su crecimiento, se tiene que tener un buen presupuesto, asignando los recursos económicos necesarios con una buena distribución y control permanente, porque ya es sabido que, en nuestro país, casi nunca el reparto de estas partidas, llegan de manera equitativa a todo el país.

Cuidando la primera infancia, lograremos formar futuras niñas y niños capaces de desenvolverse de manera correcta dentro de nuestra sociedad, asegurando la sostenibilidad del desarrollo de nuestro país, todos los países de primer nivel lo hacen, es lo más provechoso que se puede hacer, siendo una tarea pendiente y que podemos lograr si nos unimos Estado, sociedad civil y empresarios del Perú.