EN OTRO LENGUAJE
Por: Jaime Asián Domínguez.

Históricamente, el Partido Popular Cristiano (PPC) ha apostado por las alianzas electorales y, pese a tener al ‘Tucán’ Luis Bedoya Reyes como caudillo, no siempre le ha ido bien, todo lo contrario. El último chasco en las ánforas lo sufrió como parte de Alianza Popular, la coalición que formó con el Partido Aprista Peruano (PAP) para los comicios de 2016. Cómo olvidar el tremendo papelón que cumplieron Alan García Pérez como candidato presidencial y Lourdes ‘Lulú’ Flores Nano en la primera vicepresidencia, ocupando el quinto lugar.
“El Perú necesita partidos, pero partidos responsables para vivir en democracia”, dijo Luis Bedoya Reyes, precisamente, con la lucidez que lo caracterizaba. Habría que preguntarse, entonces, si la actual dirigencia y los mismos correligionarios están reflotando un PPC responsable después de una casi inexistencia política o solo los persigue el hambre de poder tan común en estos tiempos de flaqueza doctrinaria. Lo decimos por el anuncio, rompiendo fuegos, de su alianza con el partido Unidad y Paz del general EP en retiro Roberto Chiabra, quien además será el candidato presidencial.
¿Qué tanto potencializa el actual congresista de APP al PPC y viceversa para lograr ser una fórmula de respeto dentro del pandemonio que serán las Elecciones Generales 2026? Da la impresión de que se han juntado el hambre y la necesidad. Chiabra tenía perspectiva con su voz de mando, pero al desdibujarse en el camino -tanto como los también militares Cueto y Montoya- y no conseguir sacar la cabeza por encima de la mediocridad que domina al Congreso de la República, seguramente cree que un partido tradicional puede apuntalar sus sueños palaciegos.
Y el Partido Popular Cristiano necesita un postulante “diablo”, que tenga pergaminos para enfrentar a la delincuencia, la corrupción y que ponga orden en el país, después de haber desechado a Carlos Neuhaus, Fernando Cillóniz, Javier González-Olaechea y un correcto Óscar Valdés Dancuart, y, por lo que ha dicho el secretario general, Javier Bedoya, Chiabra León los ha convencido de que es el hombre que puede aglutinar el voto de la centroderecha y desatar una ola de otras simpatías. Total, el papel aguanta todo.
Lo cierto es que esto recién comienza y, como reza el refrán popular, no por madrugar amanece más temprano.