Indecopi reportó varias deficiencias como cancelaciones masivas, falta deabastecimiento de combustible y poca información al usuario.
Las reuniones de emergencia entre LAP, la Dirección General de Aeronáutica Civil y las aerolíneas demuestran que nadie previó estos problemas fundamentales.
El flamante terminal aeroportuario colapsa con problemas críticos en
abastecimiento, seguridad y atención al cliente que evidencian una pésima planificación y gestión empresarial.
El nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez se convirtió en un verdadero infierno para los pasajeros durante su segundo día de operaciones. Las promesas de modernización y eficiencia se desplomaron ante una realidad brutal: vuelos cancelados sin explicación, pasajeros varados por horas y un caos operativo que expone la incompetencia de Lima Airport Partners y las autoridades
aeronáuticas.
CANCELACIONES
MASIVAS DEJAN A
FAMILIAS ENTERAS
ABANDONADAS
El vuelo 2258 con destino a Cajamarca, programado para las 7:00 a.m., se convirtió en el símbolo del desastre. Los pasajeros permanecieron encerrados en el avión durante más de cuatro horas antes de recibir la noticia de la cancelación. Las excusas cambiaron constantemente: primero falta de combustible, luego protocolos de descanso del piloto. Una pasajera que llegó desde España para conectar a Trujillo vivió una pesadilla completa. Su vuelo de las 10:30 a.m. fue cancelado sin previo aviso, dejándola varada sin alternativas ni compensación. Las autoridades aeroportuarias brillaron por
su ausencia, ofreciendo únicamente respuestas evasivas y ninguna solución concreta.
Los testimonios de los afectados revelan el nivel de abandono institucional. Los pasajeros denuncian que ninguna aerolínea ni LAP brindó explicaciones claras sobre las cancelaciones. La comunicación se limitó a anuncios tardíos y contradictorios que aumentaron la desesperación de cientos de usuarios.
PROBLEMAS
ESTRUCTURALES
EN COMBUSTIBLE
EVIDENCIAN MALA
PLANIFICACIÓN
La Gerente de Comunicaciones de LAP admitió que los problemas no se deben a falta de combustible sino a “complicaciones logísticas en su distribución”. Esta confesión expone la gravedad de la situación: el aeropuerto carece de un sistema eficiente para abastecer las aeronaves, un proceso básico para cualquier terminal aéreo. Las reuniones de emergencia entre LAP, la Dirección General de Aeronáutica Civil y las aerolíneas demuestran que nadie previó estos problemas fundamentales. La improvisación domina las operaciones de una infraestructura que costó millones de dólares y se presenta como la puerta de entrada del país.
La Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional confirmó que algunos vuelos sufrieron demoras de hasta tres horas debido a la distribución ineficiente de combustible. Esta situación revela que
el problema no es puntual sino sistémico, afectando las operaciones desde el primer día de funcionamiento.
INDECOPI DENUNCIA
MÚLTIPLES FALLAS
QUE COMPROMETEN
DERECHOS DE
USUARIOS
Las denuncias de Indecopi agravan el panorama desolador del nuevo terminal. La entidad detectó fallas críticas en el abastecimiento de combustible, cambios constantes de puertas de embarque y problemas en el funcionamiento de las fajas de equipajes internacionales
y nacionales. La aglomeración en las puertas de control de
seguridad representa un riesgo adicional que podría comprometer la integridad de los procesos ante emergencias. Indecopi exhortó directamente a LAP a tomar acciones inmediatas, evidenciando que las deficiencias son múltiples y graves.
La institución mantiene equipos de fiscalización permanente y habilitó una línea de WhatsApp para denuncias, reconociendo implícitamente que los problemas continuarán.
Esta supervisión constante demuestra la desconfianza institucional hacia la capacidad de LAP para garantizar un servicio básico.
SATURACIÓN
MIGRATORIA Y DE
SEGURIDAD COLAPSAN
LA EXPERIENCIA DEL
USUARIO
Los procesos migratorios y de control de seguridad se encuentran
completamente saturados durante las horas de mayor afluencia. Esta saturación impacta negativamente en los tiempos disponibles para que los pasajeros completen los trámites previos al embarque, generando más demoras y estrés.
La infraestructura promocionada como moderna y eficiente no logra manejar el flujo normal de pasajeros. Los cuellos de botella críticos evidencian que el diseño del terminal no consideró adecuadamente las necesidades operativas reales del aeropuerto más importante del país.
AETAI advirtió sobre estos problemas desde el primer día, pero las autoridades no implementaron soluciones efectivas. La industria aérea reconoce el potencial de la nueva terminal, pero exige que se cumplan los estándares básicos de calidad y eficiencia prometidos.
UN FIASCO QUE DAÑA
LA IMAGEN DEL PAÍS
El desastre del nuevo Jorge Chávez trasciende los problemas operativos puntuales. Representa el fracaso de un modelo de gestión privada que priorizó las ganancias sobre la calidad del servicio. Los pasajeros internacionales se llevan una pésima primera impresión del país, mientras los usuarios nacionales sufren las consecuencias de una
planificación deficiente. Las promesas de modernización se estrellaron contra una realidad brutal: un aeropuerto incapaz de
cumplir funciones básicas como abastecer combustible o informar adecuadamente a los usuarios. Este fiasco operativo demanda responsabilidades políticas y empresariales inmediatas para evitar que el principal terminal aéreo del país se convierta en sinónimo de incompetencia y abandono institucional.