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Nuevo Aeropuerto Jorge Chávez excluye a la Policía

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 El nuevo Aeropuerto Jorge Chávez no asigna ambientes dignos para la Policía Nacional del Perú. Agentes denuncian hacinamiento, omisiones graves y riesgos en seguridad.


El nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez comenzó su marcha blanca con una grave omisión: no cuenta con ambientes adecuados para las principales unidades de la Policía Nacional del Perú. Agentes de Interpol, SUAT, Dirandro, Turismo, UDEX, Extranjería y otras unidades denuncian condiciones indignas, como hacinamiento, oficinas sin baños ni ventilación, ausencia de zonas para detenidos y riesgos estructurales. El congresista Alfredo Azurín, tras una inspección, calificó la situación como un atentado contra la seguridad nacional y responsabilizó a Lima Airport Partners (LAP) por no haber corregido las fallas, pese a las advertencias.

Oficinas minúsculas y sin condiciones básicas

En plena etapa de pruebas operativas, la terminal aérea más moderna del país exhibe fallas graves en infraestructura policial. Según se reveló, unidades como Policía Fiscal, Requisitorias y Extranjería trabajan en espacios de apenas 9 metros cuadrados, con muros de drywall, sin ventilación, sin baños y sin zonas para custodiar detenidos.

“Esto es una burla. Aquí no cabe ni el mobiliario”, dijo el congresista Alfredo Azurín mientras mostraba que los baños de las empresas privadas superan en tamaño a las oficinas entregadas a la Policía. En el caso de Requisitorias, los agentes incluso comparten el mismo ambiente con los detenidos.

Interpol, SUAT y Turismo sin espacio

La omisión alcanza a unidades clave para la seguridad aeroportuaria. Interpol no tiene ambiente designado para realizar diligencias con personas requeridas internacionalmente. La SUAT, que interviene en situaciones de alto riesgo, tampoco tiene base operativa en la terminal. La Policía de Turismo denunció que deben trasladarse hasta La Punta si ocurre un delito.

“No tenemos ambiente designado en este nuevo aeropuerto”, afirmó un agente de Turismo. “Si ocurre un delito, debemos trasladarnos hasta La Punta para iniciar las diligencias”. La situación se repite con la Policía Canina: los perros tienen dónde dormir, pero los agentes no.

Riesgo ante amenazas reales

El equipo de explosivos (UDEX) no cuenta con un vehículo para trasladar artefactos sospechosos. Esta falta viola estándares internacionales. Uno de los técnicos señaló: “No estamos en condiciones”.

Además, la comisaría más cercana se encuentra a 2 kilómetros del nuevo Jorge Chávez. No tiene acceso vehicular ni veredas. Los agentes deben caminar por la pista para llegar a su puesto. “En emergencias, habría que correr”, admitió uno de ellos.

Denuncias no atendidas

El congresista Alfredo Azurín, presidente de la Comisión de Seguridad Ciudadana del Congreso, visitó las instalaciones y expresó su preocupación. Denunció que las condiciones afectan directamente la eficacia de operaciones clave, como el control antidrogas.

“La ubicación de Dirandro está a más de un kilómetro de las zonas de control. Eso dificulta cualquier respuesta inmediata”, advirtió. Señaló también que las oficinas carecen de calabozos y de zonas seguras para almacenar armas o drogas incautadas.

Azurín recordó que desde febrero comunicó estas deficiencias tanto a Lima Airport Partners como al Ejecutivo, sin recibir respuesta ni ver avances. “Han pasado más de tres meses desde mi primera visita y la situación no ha cambiado”, afirmó.

LAP bajo responsabilidad directa

El legislador insistió en que LAP, al ser la empresa concesionaria, tiene la responsabilidad de garantizar condiciones mínimas para el trabajo policial. “Si LAP quiere hacerlo, lo hace”, dijo. Subrayó que se trata de una cuestión de seguridad nacional y que el problema no es técnico, sino político.

“No le toman importancia a los departamentos antidrogas dentro del diseño de los planes que hay en los puertos y aeropuertos. Eso es grave”, concluyó.

Mientras tanto, el nuevo Jorge Chávez se prepara para su inauguración oficial el 1 de junio, con la promesa de ser un referente en modernidad. Pero sin presencia policial en condiciones dignas, ni tecnología suple la ausencia de estructura para proteger a los ciudadanos.