El sumo pontífice estuvo en tierras peruanas entre el 18 y 21 de enero del 2018.
A raíz de un suceso histórico como es el fallecimiento del papa Francisco este lunes 21 de abril a los 88 años, recordamos su única visita al Perú. Durante los once años que duró su rol como cabeza de la Iglesia Católica, los fieles recuerdan la vez en que el sumo pontífice viajó a Lima, Trujillo y Madre de Dios, entre el 18 y 21 de enero del 2018.
Durante su paso por el país, Bergoglio dejó un mensaje de esperanza, y una reflexión profunda sobre la responsabilidad que tiene toda la sociedad en la construcción de un futuro más justo y equitativo, y donde la protección del medio ambiente sea una prioridad para todos.
El Gobierno, liderado en ese tiempo por el expresidente Pedro Pablo Kuczynski, invirtió 11.4 millones de dólares para este gran evento. Además, se declaró feriado para Puerto Maldonado y Trujillo.
Puerto Maldonado: Un mensaje a la Amazonía y sus pueblos originarios
El recorrido del Papa Francisco en el Perú inició a las 17:20 horas del 18 de enero, cuando llegó al aeropuerto internacional Jorge Chávez, en Lima. Ahí fue recibido por el expresidente Kuczynski y su esposa, Nancy Lange.

Al día siguiente inició su periplo en la ciudad de Puerto Maldonado, en la provincia de Tambopata. Aquí visitó el Coliseo Regional Madre de Dios, el Instituto Jorge Basadre, el Hogar Principito y el Centro Pastoral Apaktone.
En uno de los discursos que brindó, dijo que, probablemente, “los pueblos originarios amazónicos nunca hayan estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora”.
Para ejemplificar esto, recordó que las tierras son disputadas desde varios frentes. Uno de ellos, mencionó, es el “neo-extractivismo” y la fuerte presión por parte de intereses económicos que buscan obtener recursos como petróleo, gas, madera, oro y monocultivos agroindustriales.
Trujillo: Enfrentando las secuelas del fenómeno El Niño
El mismo 19 de enero volvió a Lima para visitar la capilla del Grupo Aéreo N.º 8, tener una reunión con Pedro Pablo Kuczynski, además de un encuentro privado con sacerdotes jesuitas.
El sábado 20 llegó a la ciudad de Trujillo, en La Libertad, donde lideró una misa en Huanchaco donde participaron 200 mil personas, recorrió el barrio de Buenos Aires en el papamóvil, acudió a la Catedral de la ciudad, dialogó con sacerdotes, y ofició la Celebración Mariana, en honor a la Virgen de la Puerta, en la Plaza de Armas.
La elección de esta ciudad no fue casualidad, ya que un año antes, el departamento había sido uno de los más afectados por los estregados dejados por el fenómeno El Niño Costero. En total, 160 personas perdieron la vida y 66 mil viviendas quedaron destruidas.
Lima: Un llamado a la unidad y la justicia social
La visita papal terminó en la capital peruana el domingo 21 de enero. En la mañana, visitó el Santuario del Señor de los Milagros y tuvo un encuentro con obispos. También oró con las reliquias de los santos peruanos, Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres, Santo Toribio de Mogrovejo, San Juan Macías y San Francisco Solano, en la Catedral de Lima.

En la tarde, rezó el ángelus, acompañado del cardenal Juan Luis Cipriani y presidió una misa en la Base aérea de Las Palmas.
En su paso por la metrópoli, realizó un recorrido por la Av. Brasil a bordo del papamóvil, donde miles de personas se congregaron para verlo, aunque sea durante escasos segundos. Un hecho que quedó en la memoria de los peruanos fue cuando una reportera de un canal de televisión se quebró durante una transmisión en vivo luego de observar de cerca a Bergoglio. Según contó la periodista, al finalizar su despacho, quería pedirle al papa por la salud de sus padres.
Miles de fieles tuvieron la oportunidad de seguir de cerca sus actividades, o incluso verlo en persona. Para muchos, fue un guía espiritual que intentó implementar cabios en la Iglesia Católica. Como se sabe, Francisco pidió una mayor participación de mujeres en altos cargos dentro del Vaticano y permitió que los sacerdotes bendigan a parejas del mismo sexo.
En el Perú, durante su gestión, ordenó la extinción del Sodalicio de Vida Cristiana, una organización católica denunciada por abuso sexual por parte de algunos de sus miembros. Más de dos décadas tuvieron que pasar para que los sobrevivientes encuentren justicia dentro de la Iglesia.