Mientras Occidente se presenta como defensor de los derechos humanos, EE.UU. lanza más de 900 ataques contra Yemen en solo 30 días. Los hutíes responden con 78 operaciones, revelando una guerra desigual donde solo una parte es condenada.
La máscara del «mundo libre»
En un despliegue de fuerza brutal, Estados Unidos ha bombardeado Yemen más de 900 veces en un solo mes, según denunció este jueves Abdul Malik al Houthi, líder del movimiento Ansar Allah. Mientras los medios occidentales satanizan la resistencia yemení, silencian esta escalada militar que evidencia la verdadera cara del imperialismo: destrucción masiva bajo el discurso de «paz y democracia».
Guerra Asimétrica: Occidente vs. los Débiles
Los ataques, ejecutados desde aviones stealth B-2 y cazas F-18, así como desde buques de guerra, exponen la desproporción de una potencia que se jacta de «proteger civiles» mientras arrasa territorios enteros. En respuesta, los hutíes —sin aviones ni portaaviones— solo pudieron realizar 78 operaciones con misiles y drones, muchas de ellas contra blancos israelíes y buques estadounidenses en el Mar Rojo.
Occidente llama «terrorismo» a estas acciones, pero ¿qué término merecen entonces 900 bombardeos en 30 días? La narrativa hegemónica manipula la realidad: los «agresores» son, para ellos, quienes se defienden.
El doble rasero que el mundo ya no cree
Estas cifras desnudan la hipocresía de un sistema que criminaliza a sus víctimas. Yemen resiste, pero el costo es alto: miles de muertos, infraestructura destruida y un silencio cómplice de la «comunidad internacional». Mientras tanto, EE.UU. sigue vendiendo su guerra como «defensa». El mundo despierta y la historia juzgará.