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La misma vaina con diferente pollera

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En otro lenguaje
Por: Jaime Asián Domínguez

Es imposible quedarse callado ante este nuevo atentado contra la salud de los alumnos, ahora en el colegio N° 016 de Jaén, Cajamarca, al haberse encontrado pelos humanos en una de las latas de conservas de pollo que entrega Wasi Mikuna, la hermana putativa de lo que fue el programa Qali Warma y que, según el padre del cordero, o sea el exministro Julio Demartini, implicaba “un paso histórico hacia una mejor alimentación escolar”, ni más ni menos.
Por lo visto, de “comida casera” -que es el significado de Wasi Mikuna en quechua- impera solo el nombre porque se evidencia un reiterado desdén en los protocolos de control de calidad a pesar de que el Midis ya masticó un duro revés tras detectarse la repartición de conservas de carne de caballo en escuelas de Ayacucho y Puno, con el consabido escándalo de una supuesta red de corrupción que salpicó al desaparecido vocero presidencial, Fredy Hinojosa.
John Dewey dejó bien escrito que “la educación no es preparación para la vida; la educación es la vida en sí misma”, por lo tanto, esa educación hay que cuidarla sobremanera y, por lo mismo que es la vida propiamente dicha, no podemos estar alimentando a nuestros colegiales con productos asquerosos que ya han mandado al hospital a varios de ellos, como ocurrió hace tres días en la I.E. 88025 Ramón Castilla, en Coishco, Áncash, luego de recibir su desayuno de Wasi Mikuna.
Mucho se habla en los discursos políticos oficiales de que la niñez, sobre todo la más vulnerable, es la prioridad del Gobierno, pero si vamos al terreno de los hechos, la impronta queda cojeando porque, además de lo que ya hemos comentado, miles de escolares están aterrorizados junto a sus padres y profesores porque las extorsiones ya se metieron a las aulas, algo intolerable que desnuda las falencias del Mininter y de la propia Policía Nacional en la lucha contra la criminalidad.
Aunque parezca un disco rayado, se impone mucha decisión política para mitigar estas plagas que, en la semana, han tenido como corolario la muerte de cuatro personas a las que se les suministró un suero fisiológico defectuoso (otra vez los flujos de control por los suelos). Bien el ministro de Salud, César Vásquez, en denunciar inmediatamente al laboratorio que ocasionó esta tragedia. No se juega con la vida de los niños ni con la de nadie.


“Miles de escolares están aterrorizados junto a sus padres y profesores porque las extorsiones ya se metieron a las aulas…”.