En otro lenguaje
Por: Jaime Asián Domínguez

Fui al Estadio Nacional para el 3-1 de Perú frente a Bolivia. En cada gol blanquirrojo, los hinchas expulsaban la rabia de la frustración (en ese momento éramos últimos en la tabla), muchos se abrazaban sin conocerse, las tribunas pintaban esperanza y a todo grito chicos y grandes exigían “esta noche tenemos que ganar”. El espíritu de cuerpo en toda su dimensión ante una selección que parece haber asumido que con estrategia y sin experimentos fallidos, el cometido no es una utopía (en este caso el repechaje).
De regreso a casa, cavilando precisamente sobre los factores que incidieron en el triunfo del equipo de todos, lancé una pregunta para mis adentros: ¿Por qué en la cancha política todos juegan para su lado, no hay trabajo en conjunto (salvo en contubernios para obtener réditos), nadie suda la camiseta (a no ser para correr a cobrar los sueldazos y bonos) y tenemos tantos punteros mentirosos? Para empezar, es un tremendo autogol contar con la presidenta más rechazada del mundo y, por si fuera poco, el peor Congreso de la historia.
Y es que todo se ha ido degradando en la tierra bendita que nos vio nacer y que muchos asumen como su chacra y hacen lo que se les pega en gana. ¿Por qué creen que en esta elección tendremos una torre de Babel de partidos políticos tratando de alcanzar el cielo del poder? Porque todos quieren ser los dueños de la pelota para seguir pateando contra las arcas del Estado. Que el Perú figure en el top de los países más inseguros no le mueve el pelo a nadie y, más bien, se defiende la ineficacia, como ha pasado con el recientemente defenestrado Juan José Santiváñez.
En resumen, nuestra patria ya urge una victoria electoral en las ánforas que la clasifique a las ligas mayores donde se viva con mayor seguridad, se proteja a los niños (no se les dé carne de caballo), se sancione con penal la corrupción, se le saque tarjeta roja al avivato mochasueldos, se capture a los prófugos que están en off side, se practique el fair play entre instituciones (esta bronca entre caviares y anticaviares ya cansa) y se vaya al VAR para identificar a esos funcionarios públicos que prostituyen la política.
—
“Que el Perú figure en el top de los países más inseguros no le mueve el pelo a nadie y, más bien, se defiende la ineficacia…”.