En otro lenguaje
Por: Jaime Asián Domínguez.

El asesinato del reconocido vocalista de Armonía 10, Paul Flores (el que hacía un simpático contrapunto con Leslie Shaw en “Pendejerete”), es una muestra contundente de que la criminalidad organizada sigue bailando a sus anchas en todo el país sin que nadie logre parar este concierto diario de balas de todo calibre.
Sí, pues, la inseguridad se ha desbocado y la vida de muchos compatriotas inocentes “se va acabando”, como dice la letra de “El cervecero”, la icónica canción de la agrupación piurana que originalmente interpretaba el recordado Makuko Gallardo, mientras las autoridades hacen la finta en “El escritorio”. Adiós, me decía, ya no volveré…
Esta situación es insostenible y la advertencia quedó refrendada en ese 83% de peruanos que reclama la inmediata salida de Juan José Santiváñez del ministerio del Interior, según una reciente encuesta de Ipsos. En poco o nada ha contribuido este reactivo señor para revertir el baño de sangre imperante y veremos si el día que deje el fajín seguirá pechando al mismo Ministerio Público.
Son muy pocos los rubros productivos exentos de la expansión de la ola extorsiva (colegios, comerciantes, bodegueros, empresas de transporte, emprendedores, clubes campestres, etc.), pero para el engreído de la presidenta de la República la percepción de inseguridad se ha reducido en varios puntos. Una imperdonable falta de respeto al dolor de la gente.
Escrito está que quien ocupa un cargo público y no puede cumplir sus competencias tiene que dimitir. El tema en el Perú es que el Ejecutivo y el Legislativo han tendido puentes para decepcionar a la población y cuando hay que anteponer el espíritu de cuerpo en aras de curarse en salud, no se hacen ningún problema. Nunca antes se vio tanto descaro a nivel funcional en estos poderes del Estado.
A este paso, las actuaciones presenciales de los grupos de cumbia serán limitadas, lo que implicará una pérdida de ingresos para muchos profesionales de la música, en la medida -o mayor, quizá- de la restricción que acarreó la pandemia del Covid. Y es que, en verdad, se le ha dado carta libre al virus de la violencia y ayer nos dejó sin la voz del buen Paul Flores.
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“Es una muestra contundente de que la criminalidad organizada sigue bailando a sus anchas en todo el país…”.