Los últimos escándalos que envuelven al distrito de Barranco, desnudan los grandes problemas en este pequeño distrito turístico. En pleno verano y cuando la alcaldesa Jessica Vargas decidió poner rejas en la playa para evitar el ingreso de ambulantes, quedó demostrado – gracias a un reportaje – que los vendedores informales ya habían tomado sus playas supuestamente declaradas intangibles.
Solo días después, el alcalde del vecino distrito de Surco, Carlos Bruce, encaró públicamente a la alcaldesa barranquina. “Cómo es posible que un proyecto pueda costar—cinco cuadras—una vía de un solo carril, cinco millones de soles. Discúlpenme, yo ya estoy viejo para estar metiéndome en algo que huele muy mal. Y así lo digo con todas sus letras”. EL popular ·Techito” fue más allá diciendo en vivo y en directo, que Surco no se mete en “cosas turbias”. Pero las pistas y veredas en pésimo estado no son exclusividad de Malambito, sino que abundan en Barranco. Por ejemplo, las avenidas Tacna, El Sol, Paul Harris, Tejada, Progreso, solo por mencionar algunas.
“Lamentablemente la alcaldesa hace oidos sordos. Ella dice sí, sí, sí, ya se va a solucionar, pero realmente no mueve ni un dedo” nos dice Rosario Hinojosa vecina de la Plaza Butters donde existen personajes que lotizan las calles para cobrar estacionamiento. Como si fuera poco, la plataforma web “Acceso Directo” ha demostrado en un informe especial que el tradicional prostíbulo Las Suites de Barranco han reabierto sus puertas, sin licencia municipal.
Fiorella Muñoz, única regidora fiscalizadora de la gestión municipal, reconoce que los equipos de fiscalización y serenazgo brillan por su ausencia cuando los vecinos los requieren. Así, este emblemático distrito limeño no logra avanzar, si continúa así indudablemente se convertirá en un distrito que va directo al barranco.