A pesar de la criminalidad, los esfuerzos de empresarios y trabajadores de construcción civil ha generado mayor
formalidad en el sector.
A pesar de la criminalidad, los esfuerzos de empresarios y trabajadores de construcción civil ha generado mayor formalidad en el sector.
El Perú está atravesando una situación muy difícil luego de mucha fuga de capitales e inversión privada, pero hay una economía criminal que vive de la gente, los emprendedores, los extorsionados, y que emplea jóvenes que son excluidos de la economía
formal.
Así opina el secretario general de la Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú (FTCCP), Luis Villanueva Carbajal, quien estuvo en CADE 2024 y próximamente participará en la reunión de la Misión Técnica de la ONU sobre Derechos Humanos a realizarse el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, en
Lima.
—¿Cuál es el balance de su participación en CADE 2024, donde trabajadores
y empresarios disertaron sobre formalidad y criminalidad?
—Hay dos puntos claves. El primero es que falta una política de Estado efectiva para enfrentar la criminalidad, y la propuesta del sector construcción es conformar algo como un
Estado Mayor, liderado por la presidencia de la República, y conformado por el Ministerio Público, Ministerio de Defensa, Ministerio del Interior, y como cabezas, recoger las propuestas de las organizaciones privadas y públicas para plantear medidas contra
el crimen. La seguridad ciudadana es una tarea de todos los peruanos. En segundo lugar, quedó claro que cuando empresarios y trabajadores se ponen de acuerdo e impulsan una
idea para mejorar el trabajo se obtiene buenos resultados.
—¿A qué resultados se refiere?
—Solo un ejemplo. Vivimos el crimen, la extorsión, el cobro de cupos, la proliferación de bandas criminales coludidas con seudosindicatos, entre otros males, pero hace cuatro años
conformamos el Comité de Formalización del Sector Construcción y hemos visto que se ha avanzado bastante. Por ejemplo, hemos elevado prácticamente en más de un 40% el número de trabajadores formales del sector de la construcción civil. Hace cuatro años, los trabajadores en planilla no superaban los 100 mil, ahora hay 146 mil trabajadores en la planilla electrónica registrados en el Ministerio de Trabajo. Gozan no solo del salario
producto de la negociación colectiva del sector construcción, sino de buenas condiciones de trabajo, en obras que implementan normas de seguridad y salud en el trabajo, y aportan para su pensión y están protegidos en su derecho a la salud. Es un gran avance, a pesar de todos los males, y eso se debe al esfuerzo desplegado en conjunto. La Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO) y la Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú (FTCCP) hemos hecho gestiones diversas ante instituciones privadas y públicas, desde el Ministerio de Economía hasta los municipios más pequeños del país, para promover el cumplimiento de estos derechos laborales, y para terminar con la competencia desleal que hay entre los empresarios, porque las empresas informales gastan menos en derechos
laborales que las formales y así generan competencia desleal, además que hacen un forado al fisco al no permitir los aportes para pensiones y salud, entre otros.
—¿Qué debemos resolver
primero para resguardar los derechos humanos, entre ellos el derecho al trabajo digno?
—Lo primero es enfrentar al crimen, la extorsión y el sicariato. Mientras a uno le pagan por trabajar, los extorsionadores te cobran. Si no pagas, te matan. Y lo vemos diariamente con los transportistas, sean buses, taxis o mototaxis; los barberos, los cantantes, los futbolistas, los emprendedores, todos. No se puede vivir con miedo. La presidenta de la República no entiende que sus operaciones estéticas o sus joyas de lujo ofenden a los peruanos porque vivimos una realidad distinta. En nuestro caso, los sicarios, al mando de bandas criminales coludidas con seudosindicatos, han asesinado a
24 dirigentes de sindicatos afiliados a nuestra Federación desde 2011 a la fecha. Esas familias y nuestros compañeros esperan justicia para sus deudos. Si no resolvemos la inseguridad, no habrá prosperidad. La lucha contra la delincuencia debe ser una cruzada de todos los peruanos.