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Perdemos la memoria con el fútbol

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En otro lenguaje

Por: Jaime Asián Domínguez

A propósito del partido del viernes contra Chile, ¿qué pasa cuando gana Perú? Ocurren muchas cosas. Nos computamos los mejores del mundo. La gente camina con un semblante distinto. Sonríe. Conversa. Se abraza (no tanto como Lapadula a sus compañeros, pero abunda la buena onda). Pronostica. Cavila. Y sortea el caótico tráfico vehicular con mayor permisividad.

En ese trance, los hinchas se olvidan de la sinvergüencería del Congreso. De que se aprueban leyes con nombre propio. Del faltoso mutis de la presidenta Dina Boluarte. De las promesas incumplidas de “Porky”. Y la extensa fuga de Vladimir Cerrón se borra de la agenda política. La alegría pelotera nos vuelve desmemoriados.

¿Qué más pasa cuando triunfa la Selección? La masa chambea como si le fuesen a pagar el doble. Chelea. Licorea. Saca las “chilindrinas”. Come fútbol. Toma fútbol. Sueña fútbol. Respira futbol. Muere por la pelotita. Y, claro, fanfarronea. Infla el pecho. Alardea. Se pone la blanquirroja. Aprieta las bocinas. Arma la rumba redonda.

La televisión se convierte en un vergel y se toma todo el tiempo que le otorga la vida para los comentarios exagerados. Abundan los sabiondos. El “Checho” ya no sabe qué torpeza más hacer. Pero también hay espacio para el análisis centrado, como el que suele ofrecer el buen Erick Osores, que está de vuelta al ruedo. Los en vivo son obligatorios y Juan Carlos Orderique transpira sin control con la payasada.

Y sabe Dios qué pasará este viernes si despachamos al Chile de nuestro ex DT salvador, el “Tigre” Ricardo Gareca, en el inicio de la Copa América. Bueno, pasará esto y mucho más. De seguro, Dina Boluarte tendrá el carisma de Evita Perón. “El fútbol es la única religión que no tiene ateos”, escribió Eduardo Galeano. Los peruanos podemos dar fe de esta premisa y la muestra está en que adoramos al “diablillo” Cuevita.

En serio, a ver si hacemos fuerza para que Lapadula y compañía recobren la memoria y veamos a una bicolor competitiva, chocolatera, que inspire respeto. El “nono” Fossati tiene la palabra. Esperamos no tener que corregir sobre lo escrito y plantear: ¿qué pasa cuando pierde Perú?

(*) Periodista y consultor de contenidos.

“En ese trance, los hinchas se olvidan de la sinvergüencería del Congreso. De que se aprueban leyes con nombre propio”.