Por: Luis Ernesto Flores Reátegui, abogado constitucionalista
La reciente incursión de las autoridades ecuatorianas en la embajada de México ha resaltado un tema de suma importancia: la violación del derecho internacional. Este suceso no constituye un incidente aislado, sino que evidencia tensiones políticas que van más allá de las fronteras nacionales. Lo preocupante de la situación es que se ha vulnerado un pilar fundamental del derecho internacional: la inviolabilidad de las misiones diplomáticas.
El principio de inviolabilidad de las misiones diplomáticas, establecido en la Convención de Viena de 1961, garantiza la protección de las embajadas y la seguridad de los diplomáticos en el extranjero al prohibir la entrada de agentes del Estado receptor sin consentimiento. La intervención de Ecuador en la embajada de México socava este principio fundamental, poniendo en riesgo la confianza en las normas internacionales. Es crucial resolver las disputas mediante canales diplomáticos y legales para preservar la inviolabilidad de las embajadas.
México otorgó asilo político a Jorge Glas, exvicepresidente acusado de corrupción, pero la reacción de Ecuador fue desproporcionada e infringe normas internacionales. Es crucial respetar las leyes y tratados internacionales, sin importar las acciones de otros líderes. Aunque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha respaldado regímenes polémicos y eventos como el intento de golpe en Pedro Castillo, esto no justifica la intervención de Ecuador en una embajada. Por otro lado, el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, se ha comprometido firmemente en combatir el crimen organizado y la corrupción, alineándose con estrategias similares a las de Nayib Bukele en El Salvador.
Es esencial considerar la necesidad de reformar el marco legal internacional en cuanto al asilo político para evitar que individuos acusados de delitos graves busquen refugio en países que les permitan eludir la justicia. Este incidente destaca la importancia de respetar los principios del derecho internacional y buscar soluciones diplomáticas a las disputas internacionales. La paz, justicia y seguridad en las relaciones internacionales solo se pueden garantizar a través del respeto mutuo y cooperación.