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Huaico de Chaclacayo: Se pudo evitar pero funcionarios encargados de las obras se fueron a bailar

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EL 12 DE DICIEMBRE, Ricardo Pinillos, vecino de El Cuadro llamó desesperado a RPP “llueve, viene el huayco” advirtió. El programa Nuestras Ciudades nunca lo oyó, estaba preparando su fiesta de fin de año. Después vino el huaico.

Ministra de Vivienda Hania Pérez de Cuéllar no ha investigado y ni siquiera amonestado a los responsables

18 máquinas pesadas de programa Nuestras Ciudades estaban bajo llave ese día y no se usaron porque funcionarios encargados de obras se fueron a bailar

También, el COEN-Indeci había alertado la activación de las quebradas Huascarán y Panorama del El Cuadro, debido a las lluvias caídas en Chaclacayo. Pero pasaron tres semanas y el ministerio de Vivienda nunca actuó.
El 8 de febrero el huaico arrasó con todo a su paso. Los directos responsables son, en lo operativo José Carlos Panta Alama, el director ejecutivo del programa Nuestras Ciudades, a quien se le había encomendado las obras de prevención en la cuenca del río Rímac, y en lo político, la ministra Hania Pérez de Cuéllar que estaba pensando en cualquier cosa menos en el peligro de desbordes en las puertas de Lima.
¿NUESTRAS CIUDADES?
En diciembre el ministerio de Vivienda anunció triunfante la culminación de doce intervenciones preventivas de limpieza y descolmatación del cauce del río Rímac, en las provincias de Lima, Callao y Huarochirí, «en beneficio de 30,556 habitantes ubicados en zonas vulnerables». Según el programa Nuestras Ciudades, encargado de las intervenciones, estas abarcaron 13.9 km de donde se retiraron más de 118 mil m3 de material excedente (maleza, lodo, piedras, etc) que requirieron 12,571 camiones volquetes.
El propio Panta Abanto detalló que se trabajaron los puntos críticos identificados de Cusipata, Parque Porcino, Anexo Chicla, Asociación de Vivienda Los Huertos y Brisas del Paraíso, Los Girasoles, San José, Pampa Pacta, AA. HH. Oswaldo Burga Saldaña y Mirones Bajo, entre otros. Para ello, el ministerio adquirió 12 unidades nuevas de maquinaria: tractor oruga, tracto remolcador, cama baja, excavadoras
hidráulicas, cargadores frontales, camionetas y camión de auxilio, que se sumaron a las 18 maquinarias operativas desplegadas en loa cuenca.
Pero, oh pequeño detalle, se le había olvidado en su mapeo la escabrosas quebradas Huascarán y Panorama El Cuadro de Chaclacayo, cuya pendiente las hace especialmente peligrosas.
Por esta razón, Ricardo Pinillos y sus vecinos solicitaron públicamente reparar el olvido. El lunes 4 de diciembre, lograron que funcionarios del ministerio de Vivienda y de la Unidad de Gestión de Riesgos y Desastres de la municipalidad de Chaclacayo, se reunieran con las directivas de propietarios y residentes, consiguiendo la promesa de ayudarlos. Como los días pasaban, a Pinillos no le quedó más remedio que recordarlo por la vía radial. Pero tampoco tuvo éxito.
Lo que no sabían los preocupados vecinos era que Nuestras Ciudades ya había dado por finalizada su labor y, por ello, había programado realizar su fiesta de Fin de Año el mismo viernes 15 de diciembre en el chifa El Dragón, con cena, DJ y corcho libre, a un costo de 77 soles por persona.
Tras el fiestón, el programa Nuestras Ciudades se olvidó de las quebradas de Chaclacayo y dejó la maquinaria en el depósito, bajo el argumento que “nadie trabaja en fin de año”.
“¡HUAICO, VIENE!”
La madrugada del 8 de febrero fue interrumpida por los ritos de alarma, pues tras la intensa lluvia caída la noche anterior activó las quebradas Huascarán y El Cuadro. Con el agua corriendo por la principal vía de acceso, a modo de un río, los vecinos tuvieron que improvisar parapetos y bolsas en sus puertas para evitar que ingresara a las viviendas.
Hasta el medio día, seguía bajando agua y lodo. Mientras tanto, indignados porque sus advertencias habían sido desoídas, los dirigentes locales recibieron a funcionarios de la municipalidad distrital y el Indeci-Chaclacayo, pero los representantes del ministerio de Vivienda ni del programa Nuestras Ciudades aparecieron por ningún lado. Tanto el alcalde como los dirigentes señalaron que la solución es la construcción de diques de contención en la parte alta.
¿Y los fiesteros de Nuestras Ciudades?, se preguntará el lector. Pues, bien gracias. Con ellos no es el tema, Panta Alama y sus funcionarios bailarines siguen con su maquinaria nueva almacenada y nunca aparecieron en las dos quebradas afectadas. La ministra Pérez de Cuéllar ni le ha dado importancia al tema, “¿Para qué?” se habrá preguntado, “si nuestra nota de prensa de la descolmatación del Rímac ya salió en El Comercio”.
¿DÓNDE ESTÁN?
Después de la intervención en el Rímac, la única otra actividad conocida de Nuestras Ciudades ha sido en Tacna, hace una semana. La pregunta es, entonces, qué hace la maquinaria comprada.