CUANDO TODAVÍA ESTABA FRESCO el escándalo del Congreso de la República por la compra de pasajes sobrevaluados, se descubre que el Ministerio Público también despilfarra el dinero de los contribuyentes
Ayer, los medios de comunicación se conmocionaron al conocerse que la gerencia del Ministerio Público había decidido adquirir seis autos Audi para el uso personal de los Fiscales Supremos. Hecho que resulta injustificable en el actual contexto político que va a perjudicar la labor de investigación que realiza esta entidad, cuya legitimidad queda seriamente lastimada.
COMPRA ABSURDA
Según sus propios fabricantes, la marca Audi, perteneciente al grupo Volkswagen, es emblemática del segmento de los automóviles Premium, “con una apuesta clara por la tecnología de vanguardia y desmarcándose de sus competidores con elementos que han abierto nuevas tendencias, como su apuesta por la tracción delantera, el uso de la tracción total Quattro y las mecánicas de alto rendimiento”. Más aún, el modelo A4 es el top del lujo y comodidad. Así lo debió entender la gerente general del Ministerio Público, Edermina Barrantes, quien fue la responsable del proceso de adquisición. El problema es que la justificación de la compra es poco menos que absurda.
En efecto, la gerenta ha fundamentado la operación argumentando que, entre septiembre y diciembre de 2021, la administración del Ministerio Público dio de baja a 37 vehículos del distrito fiscal de Lima Centro bajo la causal de mantenimiento o reparación onerosa. De esos vehículos, solo cuatro eran los asignados a las Fiscalías Supremos, la propia gerencia del Ministerio Público y la Oficina de Coordinación y Enlace de la Fiscalías Antidrogas. Lo lógico hubieese sido, entonces, que se reponga los 37 vehículos descartados.
Pero, en lugar de eso, la gerencia privilegió la compra de los vehículos solo para los Fiscales Supremos, dejando a los fiscales de línea a pie. Pero, además, no pensó en vehículos prácticos y de trabajo, como podrían ser camionetas pick-up o de doble cabina, como los hacen los altos funcionarios del sector público. Pero, no. La funcionaria decidió buscar vehículos Premium por “la alte investidura que ostentan los fiscales supremos”. Es decir, autos de alta gama, ayudarán a “mejorar la calidad del acceso a la justicia de la ciudadanía”, como lo dejó escrito en las bases de la adjudicación simplificada 001-2023-MP-FN.
Pero nole fue del todo bien a la señora Barrantes, porque solo se presentó un postor, la empresa Euroshop S.A. distribuidora de Audi, que en su local ofrece el modelo a 43,900 dólares la unidad. Pero el Ministerio Público solo tenía 26,580 soles por vehículo. Peor aún, la oferta de Euroshop fue por 1.028.160 soles, poco más de 45 mil soles por auto. Lo que ha obligado a la gerenta a solicitar al Ministerio de Economía y Finanzas una ampliación presupuestal. Así está la cosa.
CRITICA GENERAL
Rápidamente los analistas políticos han reaccionado comentando que esta compra onerosa e injustificada, daña gravemente la imagen del propio Ministerio Público. “¿Con qué moral los fiscales, que están actuando acertadamente ante casos emblemáticos de corrupción, como el de Los Cuellos Blancos o el de la Federación Peruana de Fútbol, cuando al mismo tiempo se compran autos de lujo con la plata de todos los peruanos” afirmó ayer un excongresista.
Igualmente, los ciudadanos condenaron duramente la compra en estos momentos en que las ollas populares, los programas sociales y los colegios nacionales carecen del presupuesto requerido, mientras que el Ministerio Público no tiene empacho en comprar autos del primer mundo para sus máximos representantes. “Es toda una cachetada a la pobreza” sostuvieron.
También líderes sindicales criticaron la operación, recordando que la gerenta Edelmira Barrantes, en el pasado, fue involucrada en un presunto cobro irregular de indemnizaciones por parte de exfuncionarios de EsSalud. “Se requiere la intervención de la Oficina de Control Interno para que revise la licitación, pues la gerenta no genera confianza” afirmaron.
En todo caso, la Fiscal de la Nación Patricia Benavides tiene una oportunidad para demostrar que lo importante no es cometer errores, porque todos los funcionarios los cometen, sino rectificarlos de inmediato.