El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una fecha en la que a nivel internacional se suelen celebrar los logros sociales, económicos, culturales y políticos de las mujeres. Sin embargo, no se debe olvidar que el sentido de esta fecha responde a la búsqueda de igualdad para la mujer, que, en la sociedad peruana, aún manifiesta grandes brechas por cubrir.
Muestra de ello, es el alarmante nivel de casos de violencia de género reportados por el Programa Nacional Aurora en 2022, que superan las 130 mil denuncias de actos violentos de carácter físico, sexual, psicológico y social contra mujeres a nivel nacional.
Al respecto, el especialista en Sexualidad y Salud Reproductiva de Apropo, Emerson Yancul, destaca la importancia de hacer visibles las situaciones de violencia a las cuales se ven expuestas las mujeres, bien sea en el ámbito social, laboral, de pareja, entre otros, que afectan de forma estructural sus vidas y dan cuenta del camino que aún nos falta recorrer.
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“Es necesario hacer frente a la violencia y combatirla, pues esta sirve de base para perpetuar las desigualdades a las que se enfrentan las mujeres y que afectan también a las familias, desembocando en un problema que repercute también en la sociedad”, sostiene Yancul.
En ese sentido, el especialista advierte también sobre los traumas inmediatos, así como los efectos a largo plazo en la salud física-mental, el bienestar y la capacidad de la mujer para participar plenamente en la sociedad como consecuencia de estas situaciones.
“Se debe tener en cuenta que la violencia está asociada a las actitudes y creencias que forman parte de una sociedad machista y patriarcal, en la que las mujeres son inferiores y están subordinadas a los hombres”, afirma.
De esa forma, se generan diversas dinámicas de poder desiguales y normas sociales que toleran o incluso aprueban la violencia contra las mujeres.
Claves para combatir la violencia de género
Frente a este panorama, ¿qué podemos hacer para prevenir estos hechos de violencia? Para Yancul un factor clave es abordar estas actitudes y normas subyacentes, con el fin de empoderar a las mujeres y las niñas para que reivindiquen sus derechos y afirmen su autonomía.
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“Es fundamental que desde casa se fortalezca la lucha contra los estereotipos, desde las tareas básicas, como enseñarles tanto a las niñas como los niños que ambos pueden hacer tareas domésticas. Además, se debe fomentar el respeto, señalando la necesidad de un trato igualitario y responsable entre hombres y mujeres”, destaca el experto.
Otro elemento importante es trabajar en el fortalecimiento de las redes de apoyo, las cuales pueden llegar a desempeñar un papel vital en la prevención de la violencia contra la mujer, al proporcionarles un entorno seguro.
“Se entiende por redes de apoyo a aquellas relaciones que forma una persona con su entorno social (puede ser con otras personas o con instituciones) donde se establecen vínculos solidarios y de comunicación. Estas redes pueden incluir servicios de apoyo formales como refugios, líneas directas y asesoramiento, así como redes informales de familiares, amigos y miembros de la comunidad,” explica.
En el Perú, ante una situación de violencia, se puede acudir a un Centro de Emergencia Mujer. También se puede llamar a la línea 100 para recibir orientación sobre cómo proceder ante situaciones de violencia. Además, es importante tener en cuenta la búsqueda de apoyo en una persona cercana.
