Primero, lo primero

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    Estamos acostumbrados (mal acostumbrados, por cierto), a tratar nuestros asuntos personales (y también a contemplar de brazos cruzados, como se tratan los asuntos de gobierno, tanto locales como nacionales), no a partir de lo que los causa, sino desde sus efectos. Es por esta mala costumbre que nuestras acciones resultan poco efectivas, por decir lo menos.

    No apostamos por esforzarnos en estudiar los problemas. Nos resulta más fácil criticar las soluciones. Bueno pues, es hora de empezar a cambiar: primero, lo primero. Por ejemplo, preguntarnos por los por qué, nos ayudaría en mucho a comprender de manera más profunda los asuntos a tratar y así nuestras acciones estarán mejor encaminadas y los resultados estarán más cerca del óptimo.

    Sobre este tema, me vienen a la mente algunas reflexiones que comparto con usted amigo lector: Primero van estos versos; “Sistema, poeta, sistema. / Empieza por contar las piedras, / luego contarás las estrellas.” (Versos del caminante, León Felipe).

    Y la invitación también para quienes no somos poetas: saber donde estás (Medir. Lo que no se mide no se puede cambiar); saber donde quieres llegar (Metas cortas, medibles, verificables); saber si llegaste (Logros, objetivos). Segundo: En su “Diccionario Filosófico”, Fernando Savater cuenta que, en una entrevista a Albert Camus (filósofo y literato francés, premio Nobel de Literatura), preguntado sobre qué había que hacer ante los terribles problemas del mundo, este respondió: “Por lo pronto, no agravarlos”.

    Hermoso ejercicio de síntesis y, además, una hermosa invitación a ser parte de la solución. Y tercero: “Primum non nocere” (locución latina atribuida a Hipócrates, considerado el “Padre de la Medicina”): Lo primero, no hacer daño. Es decir, lo que es importante, lo que no daña. Para ello, tanto en la medicina como en cualquiera otra actividad, lo primero debe ser siempre la preparación. Tener muy claro los beneficios y también conocer los obstáculos que debemos afrontar, nos permitirá un accionar más efectivo y, por supuesto, sin hacer daño a los demás.

    Es hora de empezar a cambiar. Preguntarnos por los por qué, nos ayudaría a comprender de manera más profunda los asuntos a tratar y así nuestras acciones estarán mejor encaminadas y los resultados estarán más cerca del óptimo.