El conflicto por el Lote VI vuelve a exponer las graves fallas de gestión en PerúPetro. Tras retirar la operación a PetroPerú con el argumento de “optimizar la producción”, hoy el campo se encuentra paralizado, sin operador y en medio de una crisis que golpea directamente a la región de Talara.
Ni el primer ni el segundo postor lograron concretar la firma del contrato de licencia. En lugar de corregir el proceso, la entidad ha optado por revisar la propuesta de un tercer participante, una empresa sin trayectoria en exploración o producción de petróleo, lo que ha generado dudas sobre la viabilidad real de la reactivación del lote.
El Lote VI permanece detenido desde octubre, provocando pérdidas millonarias para el país, afectando la cadena laboral local y profundizando la sensación de abandono en una provincia históricamente vinculada a la actividad petrolera. La frustración entre los pobladores llegó al punto de que un grupo de ciudadanos intentó tomar las oficinas de PerúPetro en Talara para exigir explicaciones.
Mientras tanto, la incertidumbre crece. Las decisiones erráticas y la falta de capacidad técnica continúan hundiendo un sector que, lejos de recuperarse, se apaga lote por lote. El Lote VI es hoy un símbolo más de una administración que no logra articular procesos transparentes, eficientes ni sostenibles.
