Dos trabajadores del transporte fueron acribillados cuando terminaban su jornada en la ruta Chepén-Lurín. El ataque dejó además cuatro pasajeros heridos. Compañeros de las víctimas denuncian que mafias les cobraban hasta 500 soles de inscripción y 20 soles diarios por unidad.
La violencia contra el transporte público cobró dos vidas más el jueves 16 de octubre por la noche. Yorbel Salazar Romero, chofer venezolano de 42 años, y su copiloto fueron asesinados a balazos en plena vía pública mientras realizaban su último recorrido del día. El crimen ocurrió cerca del paradero La Virgen, en la avenida Lima, zona que conecta Villa El Salvador con Lurín.
El ataque y las víctimas civiles
Testigos del hecho relataron que dos sujetos en moto lineal persiguieron la combi durante varios minutos antes de disparar. Los agresores abrieron fuego sin importar que aún había pasajeros dentro del vehículo. Cuatro personas resultaron heridas en el ataque. Todas fueron trasladadas a un centro de salud cercano para recibir atención médica.
La Policía Nacional del Perú llegó al lugar del crimen y acordonó el área para realizar las pericias de ley. La unidad quedó en medio de la avenida Lima con múltiples impactos de bala. El atentado se suma a una larga lista de ataques contra trabajadores del transporte en Lima Sur.
Extorsión sistemática en el sector
Otros transportistas de la misma ruta Chepén-Lurín denunciaron que las víctimas recibían amenazas constantes de mafias dedicadas a la extorsión. Según sus compañeros, los conductores debían pagar cuotas de entre 200 y 500 soles como «inscripción». Además, las organizaciones criminales les exigían 20 soles diarios por cada unidad para poder trabajar sin represalias.
Tras el doble asesinato, decenas de transportistas se congregaron en la zona del crimen. Los trabajadores exigieron justicia para sus compañeros caídos y pidieron mayor seguridad para poder operar. El cobro de cupos se ha convertido en una práctica extendida que pone en riesgo la vida de miles de conductores en la capital.