*7 prácticas de riego de precisión para lograr arándanos más firmes y resistentes
El arándano se ha convertido en uno de los cultivos estrella de la agroexportación peruana. Solo en 2024, las exportaciones generaron US$ 2,270 millones, con envíos que superaron las 317 mil toneladas, consolidando al país como el primer exportador mundial de esta fruta, según datos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri)
Pero este fruto también es uno de los más exigentes: requiere un riego controlado, un suelo con condiciones muy específicas y un manejo cuidadoso para resistir los cambios de clima.
Frente a este reto, Maoz Aviv, agrónomo de Rivulis, comparte siete prácticas clave de riego de precisión que permiten obtener arándanos de mejor calidad y más resistentes:
Trate a los arándanos cultivados en suelo como un sistema hidropónico: Al cultivarse en camas elevadas, casi el 100% del agua y los nutrientes provienen del riego, no de la lluvia. Esto exige un manejo tan controlado como en un sistema hidropónico.
Aplique riegos cortos y frecuentes: Varios pulsos de menos de 15 minutos al día mantienen el equilibrio entre oxígeno y humedad, reduciendo riesgos de enfermedades en las raíces.
Instale dos líneas de goteo para asegurar uniformidad y mayor rendimiento: Esto asegura que el agua y los nutrientes lleguen de manera uniforme, evitando pérdidas y mejorando el rendimiento.
Gestione activamente el pH, no solo lo corrija: Los arándanos requieren un pH entre 4.5 y 5.0, es decir, un nivel de acidez muy específico. Un ligero desajuste puede limitar la absorción de nutrientes esenciales, por lo que se recomienda un monitoreo constante y ajustes mediante fertirrigación.
Calibre el riego según el clima y la etapa del cultivo: En verano, la demanda de agua puede llegar hasta 10 litros por metro cuadrado al día. Ajustar el riego de acuerdo con la fase del cultivo y las condiciones climáticas optimiza calidad y vida de anaquel.
Incorpore estrategias para construir resiliencia climática en el sistema: En algunas zonas del país, las bajas temperaturas de primavera pueden dañar la floración y reducir la producción de los cultivos. Con los sistemas de protección contra heladas, como el microaspersor Flipper, es posible resguardar los campos y el rendimiento de la cosecha.
Integre la fertirrigación con el riego de precisión: Aplicar nutrientes a través de las líneas de goteo, en dosis bajas y frecuentes, favorece la absorción, mejora la firmeza de la fruta y reduce pérdidas ambientales.
“Cada una de estas prácticas proviene de años de experiencia y resultados en campo”, señaló Aviv. “En un cultivo perenne que ‘recuerda’ el estrés del año anterior, la precisión es la diferencia entre alcanzar los objetivos de empaque o no lograrlo”.
Gracias a estas estrategias, los agricultores pueden producir arándanos más firmes y resistentes, lo que no solo asegura mejores precios en el mercado internacional, sino también fortalece la posición del Perú como líder mundial en este cultivo.