El Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen de EsSalud fue escenario de un acto de amor que unió ciencia y esperanza. Un padre de 63 años donó un riñón a su único hijo varón de 42 años, quien llevaba años en tratamiento de hemodiálisis debido a una enfermedad renal crónica. La cirugía le brindó al paciente una nueva oportunidad de vida y una función renal estable.La intervención duró cerca de ocho horas y participó un equipo multidisciplinario de cirujanos, urólogos y personal de enfermería. “El paciente evoluciona favorablemente y podrá retomar sus actividades con mejor calidad de vida”, informó el doctor Wilmer Basilio Calderón, cirujano cardiovascular y jefe del Servicio de Trasplante Renal del hospital.
Carlos Zapata Acian, padre y donante, llegó a Lima desde Pacasmayo (La Libertad) para donar uno de sus riñones a su hijo. “Me siento orgulloso de donarle un órgano a mi hijo. En este hospital encontré un cariño y una atención extraordinaria. Gracias a Dios, mi hijo y yo estamos bien de salud y agradecidos con todos los médicos que hicieron posible esta operación”, expresó emocionado.
Su hijo, Carlos Zapata Capristán, mostró igual gratitud. “Gracias a la donación de mi papá y al hospital tengo una segunda vida. Me detectaron enfermedad renal a los 37 años y hoy, gracias a esta operación, puedo seguir viviendo. Agradezco a Dios, a mi padre y a todo el personal del Servicio de Trasplante Renal que hizo posible este milagro”, manifestó.
El doctor Basilio Calderón resaltó que este caso demuestra el impacto de la donación. “Invitamos a las familias con un ser querido con enfermedad renal a acercarse a nuestro hospital. Aquí recibirán toda la orientación para tomar una decisión informada que puede salvar vidas”, afirmó.
La operación no solo fue un éxito médico, sino también un testimonio del compromiso del hospital Almenara con sus pacientes. El equipo de trasplante trabaja día a día para que más pacientes puedan dejar atrás la diálisis y recuperar la esperanza.