El enfoque individualizado de la salud ha dado un salto trascendental con los avances en epigenética y nutrición genética, marcando el inicio de una nueva era en la medicina preventiva. Hoy, es posible comprender cómo el estilo de vida y la información genética interactúan para influir directamente en la salud celular, la respuesta a los alimentos y el desarrollo de enfermedades.
Esta transformación ya es una realidad en la innovadora clínica virtual de la Dra. Karla Arancibia, médica peruana radicada en Estados Unidos, especialista en medicina funcional y longevidad, y docente en la Universidad de Harvard, quien lidera un enfoque integral que conecta ciencia, bienestar y hábitos sostenibles para mejorar la salud física y emocional de cada paciente.
Uno de los pilares de su propuesta es la nutrición personalizada basada en el ADN, que integra los avances de la nutrigenética y la nutrigenómica. “La nutrigenética analiza cómo la genética de cada persona influye en su respuesta a los nutrientes, mientras que la nutrigenómica estudia cómo los alimentos afectan la expresión de los genes. Este conocimiento nos permite diseñar un plan nutricional adaptado a cada paciente y con efectos reales en su salud celular”, explica la especialista.

Las pruebas epigenéticas que utiliza permiten identificar cómo el estilo de vida, el estrés, el entorno y los hábitos impactan el funcionamiento del cuerpo a nivel molecular. Con estos datos, desarrolla terapias integrales altamente personalizadas, acompañadas de seguimiento continuo y ajustes progresivos que buscan optimizar la salud del paciente en el largo plazo.
A diferencia de los tratamientos convencionales, su enfoque no solo apunta al síntoma, sino al cambio de raíz: trabaja de forma activa en la transformación de hábitos mediante técnicas de motivación, psicología positiva y teorías del cambio conductual. “La clave está en lograr una adherencia real a los cambios de estilo de vida. Sin motivación y sin herramientas, no hay medicina personalizada que funcione”, afirma.
El impacto de su trabajo también alcanza a los más pequeños. Utiliza métodos de Disciplina Positiva avalados por los CDC (Centers for Disease Control and Prevention) para mejorar el bienestar emocional y físico de los niños, promoviendo una crianza saludable y un desarrollo equilibrado que tendrá efectos a lo largo de su vida adulta. Además, ofrece charlas en colegios dirigidas a docentes y padres, con el fin de brindar herramientas prácticas y científicas para implementar una crianza respetuosa basada en el conocimiento del desarrollo infantil.
Su trabajo se integra de manera coordinada con los médicos tratantes de cada paciente, conformando un equipo multidisciplinario cuyo objetivo es lograr el máximo bienestar emocional y físico. Este modelo innovador, que une ciencia, evidencia, tecnología, medicina y educación, representa una nueva forma de cuidar la salud: preventiva, personalizada y profundamente humana.