El cadáver estaba en estado de descomposición, atado y oculto en una acequia; vecinos denuncian abandono estatal en la zona.
Vecinos de San Martín de Porres hallaron el cadáver de un hombre envuelto en plástico y dentro de un saco en un descampado entre las avenidas San Nicolás y Paramonga. El cuerpo, en estado de descomposición, fue encontrado atado de pies y manos, con tatuajes en ambos brazos. Los residentes alertaron a la Policía tras percibir un fuerte olor fétido. No es el primer hallazgo de este tipo en la zona, donde la falta de iluminación, patrullaje y limpieza evidencia el abandono estructural que enfrentan las familias del lugar.
Un cadáver más en la acequia de siempre
Vecinos del distrito limeño de San Martín de Porres volvieron a encontrar el cadáver de una persona abandonada en un espacio público. Esta vez fue en una acequia junto al cruce de las avenidas San Nicolás y Paramonga, a pocos metros del paradero final de la empresa de transporte Sol de Oro. Según América Noticias, el cuerpo estaba envuelto en plástico, atado de pies y manos, y presentaba tatuajes en ambos brazos.
La víctima sería un hombre de aproximadamente 35 años. Su cuerpo fue trasladado a la Morgue Central de Lima para realizar los exámenes forenses correspondientes. Aún no ha sido identificado oficialmente, pero los tatuajes podrían facilitar el reconocimiento.
De acuerdo con los peritos, el cadáver habría sido colocado en el lugar deliberadamente y habría permanecido allí varias semanas.
Zona abandonada: basura, cuerpos y muerte
Un día antes, otra alerta vecinal movilizó a las autoridades. Esta vez por un saco abandonado en el mismo cruce. Al abrirlo, encontraron otro cadáver. Según reportó RPP, una vecina relató: “Esa bolsa lleva ya cinco o seis días porque nosotros transitamos por aquí siempre. Lo que no sabíamos era que había el cuerpo de un ser humano, pensamos que era solo desperdicios”.
La mujer, cuya identidad se mantiene en reserva, señaló que no es la primera vez que sucede algo así. “Siempre se da esta situación de que nos arrojan huesos, basura, animales muertos. Esto es pan de todos los días. Nosotros debemos lidiar con esto como vecinos, cuidar a nuestros hijos”.
La zona fue acordonada con cintillo policial mientras las autoridades recogían pruebas. Hasta ahora no hay responsables identificados ni mayor información oficial.
Fosas sin nombre bajo el cemento
Ambos hallazgos se produjeron en una zona con escasa iluminación y sin presencia estatal. Las familias que viven cerca caminan todos los días entre basura, canales abiertos y bolsas sospechosas, sin saber si contienen desechos, perros muertos o personas asesinadas.
Los vecinos piden más patrullaje, alumbrado y vigilancia, pero sobre todo respeto por la vida. Mientras tanto, los cuerpos siguen apareciendo. Sin nombre, sin justicia, sin Estado.
