El sismo de magnitud 6.1 obligó a cerrar la Línea 1 del Metro de Lima y provocó daños en viviendas y centros comerciales.
El sismo de magnitud 6.1 que remeció Lima y Callao este domingo a las 11:35 a.m. afectó la infraestructura urbana y los servicios de transporte público. La Línea 1 del Metro de Lima suspendió por completo sus operaciones y cerró temporalmente todas sus estaciones, generando caos y desconcierto entre los miles de usuarios que intentaban desplazarse en ese momento. Según informó la empresa operadora en un comunicado oficial, la medida se tomó de forma preventiva tras el movimiento telúrico, cuyo epicentro fue a 30 kilómetros al suroeste del Callao.
Trenes detenidos y estaciones evacuadas
La suspensión sorprendió a los pasajeros en pleno trayecto. Algunos reportaron haber tenido que bajar de los trenes y evacuar las estaciones. Las imágenes compartidas en redes mostraron largas colas, confusión y desinformación. La falta de una infraestructura de respuesta inmediata y una ciudad construida sin planificación sísmica deja en evidencia la fragilidad de los sistemas públicos frente a emergencias naturales.

Daños materiales en distintas zonas
Además del colapso del Metro, el sismo causó la caída de estructuras ligeras en varias partes de Lima. En Plaza Norte, una parte del techo del patio de comidas se desprendió, mientras que en otras viviendas se reportaron caídas de muros, vidrios rotos y grietas. En la Costa Verde, grandes bloques de tierra y piedra se desprendieron del acantilado, poniendo en riesgo a vehículos y peatones en la vía rápida.
Medidas preventivas urgentes
Este nuevo sismo vuelve a poner en primer plano la necesidad urgente de reforzar la infraestructura crítica y pública en Lima. Las autoridades recomiendan a la población conservar la calma en caso de un movimiento sísmico, alejarse de objetos peligrosos, y acudir a zonas seguras. También se insiste en preparar con anticipación mochilas de emergencia, participar en simulacros y reforzar viviendas con apoyo técnico profesional.
En un país con alta actividad sísmica, lo ocurrido este domingo demuestra que no basta con tener protocolos escritos: hay que garantizar que funcionen en la práctica.