Poeta, narrador y promotor cultural, José Beltrán Peña revoluciona la literatura breve con su nueva obra «555 Minificciones», celebrada por críticos como González Vigil y González Viaña. Un viaje filosófico donde cada palabra pesa más que un tratado
Por Byron Isacio.
José Beltrán Peña es un reconocido escritor peruano a tiempo completo y a carta cabal, puesto que está imbuido con mucho talento e inteligencia en los géneros de la poesía y de los cuentos, aparte de su valiosa labor como antólogo, investigador y crítico literario, y además como promotor cultural a través fundamentalmente de ser el Presidente-Fundador de la Sociedad Literaria Amantes del País y del Premio Palabra en Libertad que ha sido otorgado a más de 80 personalidades de la cultura peruana; y de las revistas de literatura, Estación Com-Partida y Palabra en Libertad, las cuales tienen 35 y 28 años de existencia respectivamente.
En esta oportunidad comentaré brevemente sobre su libro 555 Minificciones (Lima, Gaviota Azul Editores, 2024), el cual fue seleccionado como el mejor en su género por el destacado crítico literario Ricardo González Vigil en su recuento de los mejores libros publicado en la revista Caretas y en el BlogLaMula, quien ha manifestado certeramente que Beltrán Peña “cultiva la minificción en general (microrrelatos, greguerías y agudezas diversas, con frecuente vuelo metafísico, revelando rasgos esenciales de la sociedad actual y de la condición humana de todos los tiempos”.
Anteriormente en este género ha publicado: Minificciones (2011), 160 minificciones (2012), Dialogando con el dinosaurio de Monterroso (2019), 377 minificciones (2023), y ahora 555 minificciones (2024).
En esta edición, el destacado narrador de talla hispanoamericana, Eduardo González Viaña en su presentación ha escrito cosas esplendorosas: “¿Mañana quién se despertará primero, mi cuerpo o mi alma?”. Esta es una minificción de José Beltrán Peña. Responderla puede tomar tanto tiempo como leer las otras 554 minificciones. En verdad, se trata de una literatura sin muchas palabras o más bien repleta de imágenes en pocas palabras.
Además de reconocido poeta, es un destacado narrador e investigador literario y promotor cultural. El cultivo que hace de este nuevo género nos hace ver que el mismo tiene alcances verdaderamente lejanos. Alguien ha dicho que Borges es uno de los autores de la Biblia. Algunas de estas minificciones podrían ser los principios de fe de una nueva religión.
Minificciones es una obra que no tiene fronteras, como describe su autor, y además, sus breves asertos conducen a reflexiones muy largas. El narrador dice, por ejemplo, que “Nacer es una muerte perfecta”. Diferentes filosofías que el hombre ha inventado servirán para calificar la obra de Beltrán Peña.
Se trata de breves reflexiones sobre la existencia humana, muchas de ellas apoyadas en la sátira crítica que resultan, al mismo tiempo, objeto y ejemplo de una excelente obra literaria. José Beltrán Peña ha querido abarcar el mundo con su prosa poética, pero ha hecho más. Como él mismo lo dice, “Abriendo sus brazos, abrazó el horizonte”.
Por mi parte puedo conceptualizarlo como esos extraños libros que nos invita al razonamiento, a la meditación y sobretodo, enciende en nuestro interior la chispa de la curiosidad y esas ganas de querer profundizar más a fondo los temas tratados en el libro; y es un texto de lectura fácil, pero no fácil entendimiento. Se requiere –al menos- una más que respetable formación cultural y un conocimiento básico de filosofía y lógica. Nos ofrece un libro dinámico, -plegado de imaginación y creatividad cognitiva, además, una alta gama filosófica- escrito con un lenguaje irónico que incluye parodia, sarcasmo, sobreentendido, metaficción, juegos de lenguaje, humor intratextual, simulacros textuales y referencias implícitas.
Tal ha sido la importancia de sus minificiones que lo han comentado personajes importantes no solo vinculados a las letras sino a otros campos:
El periodista e investigador literario, Winston Orrillo ha dicho que: “maneja relevantemente la ironía, el pensamiento filosófico, el humor negro: todo esto será el banquete del que usted podrá disponer, si ingresa al volumen que intentamos reseñar”.
El historiador y escritor, Hélard Fuentes Pastor, “Constituye un ejercicio narrativo de describir lo que es imposible narrar”..
La psicóloga y poeta, Martha Crosby: “Los cuentos de minificción de José Beltrán Peña, nos trasladan a una sublime expresión de abstracta pureza, donde le permite al lector, ejercitar sus capacidades cognitivas, su bagaje cultural y su imaginación creativa para retomarlos en una lectura fina y evolucionada”
El filósofo y poeta, José E. Chocce: “es un libro de chascarrillos, microrrelatos, y ciertas líneas de corte aforístico. Su libro cobra interés, pero no solo entre la poiesis y la palabra hecha perfección donde nos habla del amor, del juego pasional, la intimidad y las caricias, sino que hay un fuego filosófico y metafísico intrínseco en sus versos y aforismos.”
El jurista y poeta, Teodoro J. Morales. “Uno lee las minificciones de Beltrán Peña, muchas de ellas con su ironía zahiere a esa seriedad en la que se encerró a nuestra imaginación- como en una cárcel, la que despertando como de un sueño empieza a fabular libremente, dándole grandeza a la expresión narrativa, haciendo que su silencio hable”.
La investigadora de temas sociales, Lucia Onofre sostiene que:” Las minificciones de José Beltrán Peña encierran conocimiento filosófico, maneja la ironía, el espacio, el tiempo, nos presenta sentimientos de dolor y de amor”.
Y el historiador, Wilfredo kapsoli: “con su nuevo libro 555 Minificciones. ¡No hay quinto malo! Reza un dicho popular. Tres veces cinco lo convierte en fuera de serie. Por lo mismo, es motivo de alabanza”

Byron Isacio. Crítico literario y poeta de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Colaborador de la revista, Palabra en Libertad y de las plataformas de la SLAP.