Luis Quispe Candia alerta que el reciente ataque al Corredor Rojo podría extenderse a otros sistemas de transporte ante el avance de la criminalidad.
Tras el ataque armado contra un bus del Corredor Rojo, el presidente de la ONG Luz Ámbar, Luis Quispe Candia, advirtió que el Metropolitano podría ser el próximo objetivo de grupos delictivos. El especialista señaló que la creciente inseguridad refleja una crisis que requiere medidas urgentes.
Transporte público en la mira
Quispe Candia consideró que el ataque al Corredor Rojo podría marcar el inicio de una ola de extorsiones. «La delincuencia no respeta a la Policía ni a la ciudadanía. Actúan con total impunidad», afirmó.
El experto no descartó que el Metropolitano, por su alta demanda, sea vulnerable a acciones similares. Señaló que proteger todos los buses con policías sería inviable, pues se necesitarían unos 3,000 efectivos.
Fallas en las estrategias de seguridad
Para Quispe, los estados de emergencia no han reducido la criminalidad en el transporte. Criticó que las medidas actuales sean reactivas en lugar de preventivas.
«Las cámaras de vigilancia actuales solo graban hechos consumados», explicó. Propuso implementar tecnología de reconocimiento facial, como en Santiago o Bogotá, para identificar delincuentes antes de que actúen.
Alternativas y desafíos
Aunque sugirió que las empresas contraten seguridad privada, admitió que esto no garantiza protección total. «Puede ser disuasivo, pero no es la solución definitiva», precisó.
El especialista descartó que paralizar los servicios sea una opción. «Los operadores deben proteger a pasajeros y trabajadores, pero sin depender exclusivamente de la Policía», añadió.
Este caso evidencia la urgencia de modernizar las estrategias contra la delincuencia. Mientras las autoridades buscan respuestas, los usuarios siguen expuestos a riesgos crecientes.
