El Gobierno peruano se desentiende del caso al trasladar la responsabilidad al Poder Judicial de la extradición de Nadine Heredia mientras exprimera fugitiva dama escapa de su condena.
El ministro de Relaciones Exteriores, Elmer Schialer, defendió la controvertida decisión de otorgar el salvoconducto que permitió a Nadine Heredia huir a Brasil tras recibir asilo diplomático del gobierno de Lula da Silva. El canciller insiste en que el Estado peruano actuó según la Convención de Caracas de 1954, pero evita abordar el fondo del problema: una condenada por corrupción ahora está fuera del alcance de la justicia peruana. Esta situación complicaría la extradición de Nadine Heredia.
El Gobierno se lava las manos en caso Heredia
Así se expresó sobre el caso de extradición de Heredia: «Me dirán: Oiga, pero la señora Nadine acaba de ser sentenciada a una pena de 15 años por lavado de activos. Bueno, mi respuesta a ello es que el Perú […] no está sustrayendo de la justicia a la señora Nadine Heredia», declaró Schialer, en un intento por justificar lo que muchos consideran una grave debilidad institucional.
El funcionario se escudó en el prestigio internacional para defender su cuestionada actuación. «Hemos actuado clara y prístinamente respetando nuestras obligaciones internacionales. El prestigio internacional de un país […] es un bien superior que hay que preservar», afirmó, sin considerar el daño a la imagen peruana que supone permitir la huida de una persona recién condenada. Extradición de Nadine Heredia no sería competencia del gobierno.
Pasando la responsabilidad de la extradición
Con evidente afán de distanciarse del problema, Schialer señaló que cualquier extradición de Nadine Heredia debe gestionarla el Poder Judicial. «Esto es algo que el Poder Judicial, en sus capacidades y poderes, podrá, luego, interactuar con las autoridades judiciales y políticas de Brasil», dijo, sin explicar por qué el Ejecutivo facilitó la salida de Heredia en primer lugar.
Sobre la moción de censura contra Lula da Silva presentada por el senador brasileño Magno Malta, Schialer evitó tomar posición. El canciller confirmó su comunicación con el ministro brasileño Mauro Vieira, pero se escudó en el protocolo: «Este es un asunto que pertenece al ámbito interno de Brasil y un canciller no puede pronunciarse sobre asuntos internos de los demás países», manifestó, completando así su estrategia de evasión total de responsabilidades.