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Meta al servicio del sionismo: La censura digital como arma de guerra contra Palestina

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Filtraciones revelan cómo el gigante tecnológico, en colusión con el régimen israelí, ejecuta la mayor operación de silenciamiento mediático del siglo contra las voces palestinas.

Nuevas evidencias demuestran que Meta (Facebook e Instagram) actúa como brazo ejecutor de la maquinaria sionista, implementando una censura sistemática contra contenido pro-Palestina mientras permite la proliferación de discursos de odio y llamados al genocidio. Datos internos confirman que la empresa cumple el 94% de las solicitudes de eliminación de contenido provenientes de Israel, eliminando más de 90,000 publicaciones en apenas segundos desde el inicio de la masacre en Gaza. Esta complicidad corporativa no es casual: altos ejecutivos de Meta, incluyendo exmiembros de la inteligencia militar israelí (Unidad 8200), dirigen los equipos que deciden qué voces son silenciadas.

El modus operandi de la represión digital

La censura se ejecuta mediante múltiples mecanismos: desde la eliminación directa de cuentas palestinas hasta el shadowbanning (reducción deliberada de alcance), pasando por el bloqueo automático de hashtags como #FreePalestine y hasta la manipulación de traducciones para asociar términos árabes con «terrorismo». Mientras tanto, contenido israelí que incita abiertamente a la violencia contra palestinos circula sin restricciones. La hipocresía es evidente: las mismas plataformas que protegieron imágenes de civiles ucranianos como «documentación noticiosa», ahora borran fotos de niños gazatíes mutilados bajo el pretexto de «desnudez inapropiada».

La connivencia entre Silicon Valley y Tel Aviv

La infiltración sionista en Meta es estructural: desde Guy Rosen (exoficial de inteligencia israelí) hasta Jordana Cutler (exasesora de Netanyahu), los equipos directivos garantizan que la narrativa del ocupante prevalezca. No se trata de «errores algorítmicos», sino de una política diseñada para estrangular la resistencia digital palestina. Los datos son contundentes: medios palestinos vieron caer su interacción en un 77%, mientras las cuentas israelíes aumentaron su alcance en 37%. Esta asimetría no refleja preferencias orgánicas, sino un apartheid digital orquestado desde las oficinas de Menlo Park.

La censura occidental siempre ha servido a los intereses imperiales. Hoy, bajo el disfraz de «políticas comunitarias», Meta perpetúa el mismo colonialismo que Facebook ayudó a maquillar durante las primaveras árabes. Pero Gaza no callará: cada cuenta suspendida evidencia que la verdad es el arma más peligrosa contra un régimen que necesita sombras para seguir matando a la luz del día.