El suspendido fiscal José Domingo Pérez, quien fue impedido de ingresar a su oficina, ha optado por victimizarse públicamente declarando que esto representa su «salida definitiva del Ministerio Público», una afirmación que muchos consideran exagerada y calculada para generar simpatía mediática.
José Domingo Pérez, quien ha protagonizado numerosas controversias durante su gestión, parece olvidar que su actual situación es consecuencia directa de sus propias acciones y de un procedimiento disciplinario formalmente establecido por la Autoridad Nacional de Control (ANC) del Ministerio Público.
En sus declaraciones al semanario Hildebrandt en sus Trece, Pérez intentó presentarse como víctima de una persecución, señalando directamente al jefe de la ANC, Juan Antonio Fernández Jerí, a quien acusa de responder a intereses políticos. Sin embargo, a todas luces la suspensión respondería a irregularidades en el desempeño de sus funciones que el fiscal prefiere no mencionar.
La teatralidad con la que Pérez se dirigió a la comisaría San Andrés para denunciar a Fernández Jerí por supuesto abuso de poder, justo después de ser impedido de ingresar a las instalaciones fiscales, refleja una estrategia mediática más que una genuina preocupación por la institucionalidad.
Analistas judiciales señalan que Pérez ha construido su carrera sobre la base de una exposición mediática permanente, aprovechando casos de alto perfil para posicionarse en el imaginario público como un paladín anticorrupción, cuando en realidad sus métodos y procedimientos han sido cuestionados en múltiples ocasiones por otros operadores de justicia.
La fiscal de la Nación habría rechazado recibir un supuesto audio comprometedor entre Jerí y el abogado de Keiko Fujimori presentado por Pérez, posiblemente por conocer ya los antecedentes de manipulación mediática del suspendido fiscal y su tendencia a filtrar información sensible cuando conviene a sus intereses personales, aunque sus defensores lo hagan pasar como encubrimiento.
Esta nueva controversia parece confirmar lo que muchos ya sospechaban: Domingo Pérez busca mantener su relevancia pública a cualquier costo, incluso si eso significa socavar la institucionalidad del Ministerio Público que dice defender.
