La Selección Colombia procesa su duelo. No perdió, empató 2-2 contra Paraguay de local, pero por la manera como se dieron las cosas en el duelo por la fecha 14 de las Clasificatorias Sudamericanas al Mundial 2026, se sintió como una derrota. Será el próximo rival de Perú para la siguiente fecha doble de junio en Barranquilla.
Esa es la sensación que arrastra hoy un grupo golpeado por el esfuerzo inútil a la hora de recuperar la memoria ganadora, pues en sus últimos seis partidos solo pudo ganarle a Chile -que ha perdido con casi todos los rivales de la región- y en cambio perdió contra Bolivia, Uruguay, Ecuador y Brasil y sumó un punto contra Paraguay.
El sexto lugar de la tabla de posiciones es el reflejo del declive del equipo, que fue segundo y en esta última jornada hasta tercero, pero fue incapaz de defender su ventaja hasta el final. Otra vez…
Y la duda es inevitable cuando el técnico Néstor Lorenzo insiste en que ve un equipo que juega bien, que por eso le cuesta mucho hacer los cambios y los demora y que no cree que tenga que ‘patear el tablero’ a pesar de los malos resultados.
Contra Paraguay envió a Campaz por James, a pesar de tener un genio creativo como Juan Fernando Quintero en el banquillo, y apostó por Mina en lugar de Jhon Arias, que era una de las figuras. Nunca se entendió -tal vez ni el propio Yerry lo hizo- cuál era el objetivo, la tarea en el campo para el caucano.
Y en ese desconcierto, teniendo alternativas para jugar diferente y responder mejor a los desafíos de un Paraguay valiente y astuto en el segundo tiempo, surge una posible explicación a lo que sucede: ¿acaso se rompió la unidad del grupo?
La teoría del periodista Iván Mejía es contundente y apunta a jugadores y cuerpo técnico: «El equipo está roto internamente?», se preguntó. (Fuente Portal Fútbol Red).
