La Segunda Sala Penal de Apelaciones de la Corte de Ucayali confirmó la condena de cadena perpetua contra Alejandro Meléndez Rodríguez, por abusar sexualmente de una menor de edad hasta en dos oportunidades, en su chacra ubicada en dicha región.
El tribunal encontró culpable como autor del delito de violación sexual de menor de edad, en agravio de una niña de 11 años. De esta manera, desestimó el recurso de apelación presentado por la defensa del sentenciado.
La Sala, integrada por los magistrados Américo Urcino Torres Lozano, Robin Barreda Rojas y Marco Antonio Santa Cruz Urbina, le fijó 6 mil soles por concepto de reparación civil, que el condenado deberá abonar a favor de la menor agraviada, la cual tendrá que ser cancelada en ejecución de sentencia.
Las circunstancias
En la ciudad de Aguaytía, la señora Consuelo Ahuite del Águila se dedica al comercio. Un día acogió a la menor de 13 años de edad, a su hermanito y sobrina de cuatro años a quienes veía pasar diariamente por su negocio.
Con los menores ya en su casa, Ahuite del Águila se enteró que la agraviada vivía con Meléndez Rodríguez, quien se dedicaba a las labores de la chacra.
Queriendo ayudar a las menores, decidió hablar con el sentenciado para explicarle que quería ayudar con alimentos y educación. Este en un inicio no le prestó atención, pero ante la insistencia de la comerciante le dejó los documentos de identidad de los pequeños.
Un día, la señora Consuelo Ahuite decidió llevar a los menores al centro de salud, y al observar que la agraviada mostraba una actitud introvertida, decidió conducirla al psicólogo. Este tras evaluarla reveló que la niña le había contado que desde que tenía 11 años había sido víctima de agresión sexual, por parte de Alejandro Meléndez Rodríguez, cuando residía en su chacra, ubicada a tres horas de distancia de Puerto Azul, en la localidad de Aguaytía.
Según la fiscalía, cuando la agraviada y sus hermanos menores vivián en la chacra con Meléndez Rodríguez este aprovechando su condición de adulto y que no existía algún vecino cerca abusó sexualmente de la menor hasta en dos oportunidades, y en otras ocasiones la tocaba indebidamente y la tenía amenazada para que no le contara a nadie.
Cabe señalar, que el sentenciado al momento de los hechos era viudo, pues su esposa acaba de fallecer.
